17 de Mayo de 2024
Entorno Político | OPINIÓN
Lunes 29 de Abril de 2024 | 7:48 p.m.
Irineo Domínguez Méndez
Irineo Domínguez Méndez
Lo dicho: los debates son una porquería

Como uno más de lo miles de residentes en el estado de Veracruz, primero, “me atreví” a ver y escuchar el “show” de los candidatos que, ambiciosamente, quieren gobernar Veracruz y este domingo “corrí el mismo riesgo”: vi y escuché el segundo debate entre los que “quieren la grande”. Reposando en el sofá preferido de la sala vi los dos debates. En el local, después de 10 o 15 minutos, me quedé profundamente dormido; pues, ninguno de los candidatos a gobernador mereció más atención. Al despertar “soporté” otros 15 minutos, tiempo faltante para que concluyera el “tan esperado debate”. Sin duda alguna, el calificativo apropiado para describir este evento es de: “aburrido”.  Asimismo, entre Bertha “X” Gálvez, Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez, volvió a destacar la descalificación y los señalamientos sobre conductas que podrían calificarse de ilícitas. ¿Quiénes ganaron los debates? Sin tener mayor consecuencia, puede afirmarse que los candidatos de MC. Al “no tener cola”, remarcaron los señalamientos entre sus adversarios para, posteriormente, dar a conocer sus propuestas.

En Veracruz ¿qué podía esperarse de dos personas con comportamiento tortillero? Únicamente Hipólito Deschamps evitó, y no completamente, referirse a la vida personal de sus adversarios. Los otros dos “brillaron” por sus señalamientos; con las acusaciones y/o denuncias públicas que se endilgaron, es presumible que ambos sean corruptos. Sobresale que tanto el prianista como la morenista incluyeron a otros actores políticos para descalificarse.

Como en el primer debate de los candidatos a presidente de la República, se percibió la deficiente “asesoría” de quienes tienen tal tarea. Pepe, gran político, se olvidó de “ser él”; la caballerosidad que antes lo distinguió quedó por los suelos. Sus ataques frontales para denunciar hechos, que sus asesores le aconsejan utilizar como armas, no sirvieron de nada, ni servirán. Rocío, también, trajo lo suyo; desde un inicio olvidó que, antes de persona política, es una dama; despreció el saludo de Pepe, y no supo dar “la cachetada con guante blanco”. ¡Claro!, es difícil para Ella soslayar las supuestas calumnias que Pepe le refirió antes del debate.

¡Nueve años de servicio público de Rocío contra casi 30 de Pepe! Aquella dice que siempre ha trabajado y que su patrimonio se debe al esfuerzo personal. Pepe elude mencionar cómo adquirió su fortuna; deduciéndose fue forjada con sus ingresos como funcionario público. Ambos personajes saben que sus recíprocas acusaciones los exhiben ante el electorado y la población en general.

Un error garrafal de Pepe es insistir en que ningún mexicano nacido fuera de Veracruz debe gobernar el Estado; sus asesores olvidan que entre 2015 y 2020 inmigraron a Veracruz más de 156,000 personas. Si una cantidad similar lo hizo entre 2005 y 2015, la pérdida de votos para Pepe será considerable; parece que Pepe se opone a aspirantes a presidentes municipales no nacidos dentro del territorio del municipio por el que compiten. El gran error de Rocío es haber pedido el voto “parejo” para su partido, minimizando a sus aliados: PVEM y PT.  Rocío y Pepe perdieron el debate, Hipólito Deschamps lo ganó. Desafortunadamente, Hipólito podría obtener entre 2 o 3 puntos porcentuales más el día de la elección.

El segundo debate entre los “presidenciables” fue una réplica del primero. Bertha “X” actuando como “fiscal de segunda” y Claudia jugando el papel de Capulina: “no oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado”. Jorge hizo un papel excepcional; ya no enseñó tanto “la mazorca” y los señalamientos contra sus dos adversarias fueron bastante convincentes. Sus cortos y concretos diagnósticos fueron certeros y las propuestas muy claras. Jorge Álvarez fue el ganador del debate; lo que servirá, también, para obtener 2 o 3 puntos porcentuales más en las preferencias electorales. Los puntos que aumentará los obtendrá de los que pierda Bertha “X”.

Un buen amigo llamó mi atención respecto del número de personas que ve los debates. El primero, entre los presidenciables, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), más de la mitad de la audiencia vio el debate en redes sociales: 1.6 millones de ciudadanos lo siguieron en YouTube, 4.9 millones en Facebook y 774 mil en X –antes Twitter–, y los más de 4.5 millones restantes lo vieron en televisión.  La audiencia del debate representa un 11.9% de la lista nominal de electores, que según el INE reúne a 99 millones 84 mil personas (proceso, 15 de abril).

Es muy probable que, cuando menos, el 75% de las personas que vieron este debate mantengan su preferencia de candidato. Este porcentaje es asignado en virtud de que los debates difícilmente hacen cambiar de opinión al “voto duro” o al ya decidido previamente. Si el 25% restante se refiere al voto indeciso, y este se inclinara hacia la oposición: hacia Bertha “X” o Jorge, el resultado de la elección, de acuerdo a las encuestas, sería el mismo: Claudia será la próxima Presidenta de la República. Esto es así, porque dicho porcentaje representa el 3% del electorado.

En el caso de Veracruz, si las encuestas están cuchareadas, entonces, la diferencia a favor de Rocío sobre Pepe ronda entre los 7 y 10 porcentuales. La candidata oficialista tiene que hacer milagros para mantener esa diferencia. La soberbia es su peor enemigo. El próximo debate puede ayudar a Pepe.

Las opiniones sobre los debates, en términos generales, son exageradamente subjetivas. Pretendiendo influir en el ánimo del electorado, permea la idea de que, “supuestos líderes de opinión”, pueden revertir las preferencias electorales a favor de algún candidato. Tales “líderes de opinión” producen ideas y/o productos de “consumo interno”; esto en virtud de que los electores son los mismos que ven, leen y escuchan allegándose información de todos los medios posibles. En otras palabras, únicamente los interesados en el quehacer político se enteran de sus opiniones.

 

irineodm@yahoo.com

 

Otro sí digo. – Pronóstico: el voto, entre las edades de 25 a 45 años -, será de “tercios”; con ello, Claudia tiene seguro el triunfo y la derrota de Bertha “X” puede afectar el número de curules de los partidos que la postulan.

 

 

 

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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