Jerusalén/ En medio de la celebración de Semana Santa, la Ciudad Vieja de Jerusalén se encuentra notablemente tranquila y vacía, impactada por las consecuencias de la guerra en la Franja de Gaza. Esta situación ha tenido un efecto significativo en el turismo religioso y las peregrinaciones a Tierra Santa, que aún no se han recuperado por completo de los efectos de la pandemia.

La ausencia de turistas es evidente en las calles de la Ciudad Vieja, donde las tiendas registran poca afluencia de clientes y los peregrinos palestinos, muchos de ellos residentes en Cisjordania, enfrentan dificultades para obtener permisos de visita a esta ciudad santa.

La guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza ha dejado un saldo de vidas humanas y ha generado un ambiente de incertidumbre que ha impactado negativamente en el turismo religioso en la región. El control que ejerce Israel sobre el turismo en la Ciudad Vieja de Jerusalén también ha contribuido a esta situación, especialmente en un contexto marcado por la crisis sanitaria mundial.

A pesar de estos desafíos, se vislumbra un panorama más alentador para el turismo en Jerusalén hacia el otoño, con reservas significativas para el último trimestre de 2024. La Oficina Nacional Israelí de Turismo en España ya trabaja en estrategias para promover la visita a Jerusalén durante la Semana Santa de 2025, mientras se exploran opciones de conexión virtual para aquellos interesados en vivir la experiencia de manera remota.

En medio de la escasez de turistas, algunos peregrinos han destacado la oportunidad de visitar los lugares sagrados sin las habituales aglomeraciones y colas, aunque reconocen la importancia de recuperar la confianza del viajero en un contexto de cambios y desafíos en la región.

A pesar de las dificultades económicas y la reducción en el número de visitantes, tanto los comerciantes locales como los líderes religiosos mantienen la esperanza de un futuro donde la paz y la estabilidad permitan el florecimiento del turismo religioso en Jerusalén y Tierra Santa.