El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha logrado aplazar su extradición a Estados Unidos desde Gran Bretaña, luego de que el Tribunal Superior de Londres exigiera garantías de que no enfrentará la pena de muerte en el país norteamericano.

Assange, de 52 años, es buscado por fiscales estadounidenses por 18 cargos, la mayoría bajo la Ley de Espionaje, relacionados con la publicación de registros militares y cables diplomáticos confidenciales de Estados Unidos por parte de WikiLeaks.

El martes, los jueces del Tribunal Superior de Londres dieron un plazo de tres semanas a las autoridades estadounidenses para que garanticen que Assange podrá acogerse a la Primera Enmienda de la Constitución de EE. UU., que protege la libertad de expresión.

En su fallo, los jueces señalaron que Assange tiene posibilidades reales de apelar con éxito contra la extradición por varios motivos, incluyendo la falta de garantías sobre la pena de muerte y la posibilidad de ser acusado de un delito capital como traición en el futuro.

El tribunal destacó un comentario del expresidente Donald Trump sobre WikiLeaks en 2010, donde mencionó la posibilidad de una pena de muerte para Assange, lo que añade complejidad al caso y refuerza la solicitud de garantías por parte de EE. UU.

La esposa de Assange, Stella Assange, expresó su sorpresa y afirmó que la administración de Joe Biden debería abandonar este caso, que considera vergonzoso y que nunca debería haberse presentado.

Aunque el equipo legal de Assange tuvo éxito en algunos aspectos, el tribunal rechazó su solicitud de apelación basándose en motivaciones políticas o la falta de un juicio justo. Sin embargo, la extradición ha quedado en suspenso hasta que se reciban las garantías exigidas por el tribunal.

La próxima audiencia está programada para el 20 de mayo, lo que significa que el proceso de extradición de Assange sigue en desarrollo y continúa generando debate y controversia en el ámbito internacional.