Río de Janeiro/ En Río de Janeiro, Brasil ha reiterado su llamado al Grupo de las 20 mayores economías del mundo (G-20) para establecer una alianza global contra el hambre y la pobreza, en su calidad de presidente rotatorio del grupo.

La iniciativa, liderada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, fue presentada durante el encuentro de cancilleres por el ministro brasileño de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Lucha contra el Hambre, Wellington Dias.

La discusión se centró en las condiciones de adhesión de los países interesados en unirse a esta alianza global. Brasil propuso que el financiamiento de las acciones contra el hambre y la pobreza sea responsabilidad de los países ricos del G-20 y de las grandes empresas.

Dias enfatizó que esta alianza es fundamental para movilizar recursos financieros y conocimientos desde las regiones más prósperas hacia las más necesitadas, apoyando así la implementación y expansión de acciones, políticas y programas a nivel nacional.

Según estudios de organizaciones internacionales, se estima que se requiere un fondo de 78 mil millones de dólares al año para alcanzar el objetivo de reducir la pobreza mundial para el año 2030, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU.

El acuerdo global sobre seguridad alimentaria se basaría en principios de atención a los más vulnerables y la aplicación efectiva de políticas nacionales. Los países del G-20 han identificado como prioridades la promoción de una alimentación saludable, el apoyo a pequeños y medianos productores, así como la innovación tecnológica en la producción de alimentos.

Sin embargo, se destaca que el hambre sigue siendo un problema global, con 735 millones de personas en riesgo de padecer hambre en un mundo que produce suficientes alimentos para todos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El ministro Dias subrayó que diversas crisis, incluida la pandemia de COVID-19, el cambio climático, la crisis económica mundial y los conflictos geopolíticos, han contribuido al aumento del hambre, la inseguridad alimentaria y la pobreza en todo el mundo.

La cumbre de cancilleres del G-20 también ha sido escenario de otros importantes debates. El jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, expresó la disposición de Moscú al diálogo sobre estabilidad estratégica con Estados Unidos, pero subrayó la necesidad de que sea honesto.

Además, se abordaron temas relacionados con la situación en Ucrania, con un llamado unánime al fin de la agresión y la restauración de la paz en la región.

Brasil reafirma su compromiso con la promoción de la paz y el desarrollo sostenible a nivel global, a través del diálogo y la cooperación internacional.