27 de Abril de 2024
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Miércoles 23 de Abril de 2014 | 11:03 a.m.

Sobre un tal Gabo en la UV

Redacción

“¡Carajo, esto es Colombia!”, expresó Gabriel García Márquez al bajar del auto. Era un día de junio o julio de 1961, Álvaro Mutis se había detenido en una gasolinera en Córdoba y allí el joven escritor hizo tal exclamación al escuchar al despachador, tras observar los cafetales que alrededor se asomaban recordándole a su patria.

Esta anécdota se la contó Álvaro Mutis a José Luis Rivas Vélez, cuando vino a presentar Reseña de los hospitales de Ultramar y otros poemas, y el poeta la compartió como inicio de una plática en la que deja claro lo que significó para el joven Gabo su contacto con Veracruz y la conexión que hizo con la Editorial de la Universidad Veracruzana (UV).

Rivas Vélez señaló que los días en que Sergio Galindo dirigió la Editorial UV representan “la época dorada” de la misma. Varios autores que hoy gozan de un gran número de lectores y que tienen reconocimientos de talla internacional, publicaron por primera vez en el sello universitario.

“Era un lector extraordinario, sabía que las obras literarias poseen un alto valor y que con el tiempo darían –a la Editorial UV– un alto prestigio”, y por ello es que el número 34 de la Colección Ficción cuenta la historia de Los funerales de la Mamá Grande.

Recordó que la hoy mítica Colección Ficción dio la oportunidad a Juan Vicente Melo, José de la Colina, Tomás Segovia, Juan García Ponce, Vicente Leñero, Rosario Castellanos, Eraclio Zepeda, Blanca Varela, Josefina Hernández y Augustí Bartra, Kazimier Brandys, Jaroslaw Iwaszkiewicz, Jerzy Andrzejewski, Ryszard Kapuscinsky, entre otros.

Tiempo después, durante su gestión como director de la Editorial hizo esfuerzos para dar seguimiento y conservar los derechos de autor de este semillero de talentos. Agregó que la UV tuvo la oportunidad de volver a publicar a un consumado y ganador del Premio Nobel de Literatura 1982: Gabriel García Márquez.

Sin embargo, la escasez económica lo impidió y la oportunidad que el autor de Cien años de soledad brindaba en reciprocidad a la casa que en sus inicios le publicó, se esfumó.

Incluso, hizo una pausa, pocos saben que antes de que García Márquez publicara su novela cumbre se la dio a leer a algunos de sus amigos, entre ellos a Carlos Fuentes, quien escribió una reseña sobre la misma. Parte de ella sirve como prólogo de la edición que la UV publicó de Cien años de soledad en noviembre de 2004, en la Colección Carlos Fuentes, con sólo mil ejemplares impresos.

El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009, en la categoría de Lingüística y Literatura, refrendó que la época dorada de la Editorial UV fue con Sergio Galindo, aunque esto no quiere decir que lo publicado posteriormente sea de baja calidad y que se menosprecie a quienes están en proceso de ser leyendas literarias.

Citó, a manera de ejemplos, los títulos que componen la Colección Carlos Fuentes y la institución del Premio a Primera Novela Sergio Galindo, que se impulsó en 2006 para reconocer al talento joven.

Por su parte, el escritor Agustín Del Moral refirió: “Recordar a García Márquez y su relación con la Editorial UV nos obliga a recordar a Sergio Galindo y su gran labor y afinado olfato como editor”.

El también ex director de esta Editorial señaló que “si –como afirman los que saben– todo gran escritor termina por crear un universo propio, único e irrepetible (más allá de modas e imitaciones), en Los funerales de la Mamá Grande están contenidos una buena parte de los elementos que algunos años después García Márquez llevaría a su mejor –insuperable– expresión en Cien años de soledad. Ahí aparece (aunque no por primera vez) el mítico Macondo, su Yoknapatawpha (para recordar a su admirado Faulkner)”.

A propósito de esta oportunidad que la Editorial UV brindó en 1962 al joven Gabo, destacó: “García Márquez formó parte de aquella generación de escritores hispanoamericanos que Galindo publicó en la hoy también mítica Colección Ficción. La lista incluye –y no se agota– a Octavio Paz, Juan Carlos Onetti, Elena Poniatowska, Sergio Pitol, Álvaro Mutis, María Zambrano, en fin… En ese entonces eran unos jóvenes desconocidos (o casi). Con el paso del tiempo marcaron el rumbo de las letras hispanoamericanas. Así de simple”.

Y el entrevistado cuestionó: “Sé que la pregunta es ociosa, pero siempre me he preguntado qué habría sido de nuestra Editorial si le hubiera dado seguimiento a la trayectoria de estos escritores. En todo caso, me quedo con lo que ya mencioné: con el fino, aguzado olfato de Galindo como editor y su enorme capacidad para detectar que ahí, en la obra de aquellos jóvenes que se iniciaban en las letras, había lo que –creo– toda editorial que se precie de tal debe buscar: calidad”.

La UV también celebra que este 23 de abril, Día Internacional del Libro, Elena Poniatowska recibirá en España el Premio Cervantes, y desde la Colección Ficción, Los cuentos de Lilus Kikus festejan a su autora.

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