Quito/ En respuesta a la ola de violencia desatada por más de veinte bandas criminales y narcotraficantes en Ecuador en los últimos cuatro días, el gobierno liderado por el presidente Daniel Noboa ha desplegado una ofensiva militar sin precedentes, con más de 22,400 militares patrullando por tierra, aire y mar. Hasta el momento, la violencia ha dejado un saldo de 16 personas fallecidas.

El ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, advirtió que el gobierno no cederá ante los ataques del narcotráfico, calificando la situación como una "guerra" que ha sumido a la población en el miedo. Loffredo destacó que las fuerzas armadas están entrenadas para afrontar este tipo de desafíos y expresó su firmeza en las redes sociales: "Quisieron infundir temor, pero despertaron nuestra ira."

La ofensiva incluye patrullajes, requisas en las calles, operaciones en cárceles y toques de queda. A pesar de la reanudación de algunas actividades en las principales ciudades, muchos comercios permanecen cerrados, el transporte público opera con menor frecuencia y las clases en universidades y escuelas se imparten virtualmente mientras prevalece el teletrabajo.

El martes, la situación alcanzó su punto álgido cuando hombres encapuchados, armados con fusiles y granadas, tomaron un canal de televisión público durante el noticiero del mediodía. Aunque no hubo muertes, dos trabajadores resultaron heridos. Trece responsables fueron detenidos, pero la transmisión aún no ha sido restablecida.

El gobierno atribuye esta ofensiva a organizaciones ilegales compuestas por aproximadamente 20,000 miembros, en represalia a las políticas de mano firme implementadas para abordar la creciente violencia en el país. En los últimos cinco años, la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes ha aumentado de 6 a 46 en 2023.

La crisis actual se desencadenó con la fuga de Adolfo Macías, alias "Fito", líder de la banda criminal Los Choneros, desde una prisión en Guayaquil. Los disturbios en las cárceles, ataques con explosivos, vehículos incendiados y la retención de funcionarios de prisiones y policías han caracterizado los últimos días.

La desinformación y el pánico han llevado a la población a un estado de confusión. El miércoles, un incendio provocado en una discoteca en la Amazonía aumentó el balance de muertos a 16, en un ataque catalogado como "terrorista" por la policía.

El gobierno ha decretado un estado de excepción en todo el país, incluyendo las penitenciarias, y un toque de queda de seis horas. Las fuerzas de seguridad buscan a Fito y han declarado que cualquier acto terrorista será considerado un objetivo militar. Ecuador, situado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína, se ha convertido en un nuevo enclave del tráfico de drogas con bandas enfrentadas en una guerra contra el Estado.