Las cartas que se leyeron tenían destinatario. Fue en la voz de quién la escribió. Fue en la voz de quién la pensó y la hizo. Inspiración, recuerdo de un ayer, esperanza de un mañana, esperanza de otra carta.

Las cartas que se leyeron fueron escuchadas por un público xalapeño. Los oídos estaban atentos. El café y las galletas afuera los esperaba, pero les importaba más, escuchar esas cartas.

Las cartas que se leyeron en un céntrico lugar de la ciudad de las flores. Se leyeron con la profundidad de cada corazón. Se liberaron pensamientos de amor, de respeto, de cariño, de empatía, de amistad.

Las cartas que se leyeron no van a quedar en el olvido. No van a ser quemadas. No van a ser olvidadas. No se van a romper. Van a quedarse en distintos hogares.

Las cartas que se leyeron pronto estarán en una antología. Las cartas fueron escritas en las computadoras. Fueron impresas en hojas blancas y en hojas de raya. Una de ella estaba en un sobre.

Las cartas ganadoras fueron la de Williams, Raúl y Abigail. ¡Muchas felicidades a cada uno de los participantes! La Academia Nacional e Internacional de la Poesía y el Colectivo Café Literario despertaron el interés de escribir una carta de amor.

(*) Asesor General de Literatura del CDE de la ANIP Veracruz.
@tepetototl venandiz@hotmail.com