Pues sí; escupir hacia arriba tiene sus riesgos y el PRI parece que paga las consecuencias, al menos en Veracruz.  Después de criticar al PRD, partido al que señaló estar integrado por tribus, ahora pone al descubierto que en el Revolucionario también existen.  No tendría importancia el hecho a no ser por el señalamiento indicando que, ni siquiera al interior del perredismo, se ponían de acuerdo en la toma de decisiones; para desgracia del priísmo, les está sucediendo lo mismo. Sin gobernador (al que se le conocía como priístas # 1) y con dirigente nacional que desconoce al priísmo veracruzano, todos quieren dirigir al PRI; sí, ahora ya nadie quiere ser soldado, mucho menos solo “apache”.  Las tribus que encabezan Carlos Brito, Héctor Yunes, Pepe Yunes, el duartismo, el fidelismo (tal vez forman una sola los dos últimos), no se sabe si algún grupo es independiente o relegado a serlo, se pelean la dirigencia.  Los comentarios de propios y extraños relacionados con el vacío de poder en el PRI concuerdan en lo fundamental: el Revolucionario padece una confusión creciente por falta de liderazgos; sí, en plural. 

En Veracruz, a través de la presión legal, priístas inconformes lograron obtener la renuncia de su dirigente estatal; quien, a todas luces, enfrentaría problemas en el proceso electoral actual; el registro de candidatos priístas pudo ser impugnado por falta de personalidad legal de su exdirigente.  Para evitarlo, el señor Ochoa Reza, bautizado como “clavillazo”, se doblegó ante las razones mencionadas y ¡pum! “aceptó” la renuncia de Amadeo Flores. Sin embargo, el PRI está acéfalo; lo que resulta ser un yerro, no un error de Ochoa Reza y compañía. 

Aunque desde antes de la caída de Flores Espinoza ya se postulaban candidatos a la dirigencia priísta, hoy conocemos un número más elevado de aspirantes; la mayoría de los suspirantes son de “los de Abajo”; se consideran a sí mismos con más capacidad que el renunciado.  Sin embargo, los “bebesaurios” no les cederán el poder fácilmente y sus creadores –los “dinosaurios”- también querrán meter la mano.  Entonces, las tribus de “los de abajo” no cesan de tocar tambores de guerra; mandan mensajes requiriendo democracia en la elección o designación del nuevo dirigente o habrá mayores rompimientos.  Ya los estamos viendo, inclusive, a nivel nacional; quien lo dude pregunte a Ivonne Ortega. Nadie duda que quienes reclaman democracia en el PRI enfrentarán un problema mayúsculo: la oligarquía política.  Sin recursos suficientes perderán cualquier elección.

Peña Nieto y Ochoa Reza carecen de calidad moral, tal razón les impide utilizar el “dedo”.  Los señalados como “dinos” en el Estado están en peor posición; a ellos se les achaca la última derrota electoral. Así las cosas, por falta de consenso, el priísmo veracruzano continuará en caída libre; esto es así, porque no ha tocado fondo, aún.  Toda esta confusión creará más tribus, beneficiando a quienes son vistos como “políticos enanos”; estos podrán crecer y mucho. A río revuelto, ….

Como el horno no está para bollos, tendrán que bajarle a su calentura y ponerse de acuerdo, so pena de ganar menos alcaldías de las pronosticadas: unas 50, aproximadamente.  La facultad de recomposición del PRI ha quedado manifiesta en los estados donde antes y hoy es oposición. Por nombrar algunos, Michoacán, Guerrero, San Luís Potosí, Oaxaca, Sonora, etc., Estados donde logró recuperar las gubernaturas. Más, sin unidad en este año, en el 2018 bien podemos decirle adiós; cuando menos hasta el 2030.

Les urge a los priístas sesionar en su Consejo Estatal y emitir la convocatoria para seleccionar a los candidatos que participarán en el proceso de renovación de alcaldías; pero, ¿quién lo encabezará?, ¿La comisionada?  Si no se elige al nuevo presidente o se designa otro interino, los tiempos ahogarán al PRI; el partido sufrirá desbandada con el beneplácito de la alianza PAN-PRD y Morena, el segundo cobijará a la mayoría.  Todos a celebrar.

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Otrosí digo.- Los senadores acordarán quien dirigirá al PRI; en caso contrario, uno de ellos lo sepultará.