Xalapa, Ver./ Elsa López Arriaga, ganadora del Premio “Arte, Ciencia, Luz” al mejor trabajo recepcional de doctorado otorgado por la Universidad Veracruzana (UV), en 2020, participó en el segundo día de las Jornadas Académicas “Umbrales de la investigación en los estudios de posgrado. Área de Literatura Hispanoamericana”, organizadas por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV).

Alfredo Pérez Pavón, miembro del IIL-L, presentó a la académica e investigadora del Departamento de Literatura Hispánica de la Universidad de Guanajuato, de quien destacó su gusto por la literatura mexicana del siglo XX, “buscando la poética del ejecutante y un gran interés por la teoría literaria”.

Mencionó, además, que por el trabajo “Postura de autor y diálogo textual: el proyecto de escritura de Vicente Leñero” fue distinguida con el Premio “Arte, Ciencia, Luz” 2020, al que se han sumado a la fecha publicaciones en libros y revistas, además de su ingreso al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Otro de los aportes a su formación en ese rubro se manifestó en la actualización de los temas alrededor de la investigación, dado que en su caso tenía dos tesis sobre la obra de Vicente Leñero –en licenciatura y maestría–.

Durante su participación, López Arriaga aseguró que el cursar el Doctorado en Literatura Hispanoamericana del IIL-L, le “ayudó a reflexionar con mucho más cuidado las líneas de investigación y tender puentes con las distintas tradiciones, allanar caminos a nuevas lecturas de textos y explorar diálogos interdisciplinarios, eso es parte de lo que me parece más valioso”.

Con base en su experiencia, afirmó que la labor investigativa que inició en el doctorado fue muy valiosa a nivel académico y personal, “porque la investigación que llevé a cabo, si bien cuenta con el acompañamiento y asesoría para ordenar y contener incluso las ideas, también es un acompañamiento que no tiene una obligación, como en la licenciatura, sino tiene que ver con uno mismo y ayuda a crecer y experimentar nuestros propios caminos y empezar a ejercer nuestra propia independencia”.

En tal perspectiva añadió: “El crecimiento más grande está en poder tomar decisiones independientes y aventurarse a tratar de resolver, proponer lecturas; el doctorado abre ese lugar para que uno pueda equivocarse y aprender de los errores y es algo muy valioso de mi experiencia”.

Dijo que el posgrado le permitió trazar una línea poética del autor y los rasgos que atraviesan su obra y así contribuir en la generación del conocimiento, “lo cual ocurre cuando puedes identificar la importancia de relacionar tradiciones y autores –uno de los grandes consejos que recibí en el doctorado–: poner en diálogo a nuestros autores”.

Y, siguiendo este consejo, fue que para ella el “doctorado fue un parteaguas en mi formación, y aunque se le piensa como el final de la carrera de los estudios, me parece que es más bien el inicio de la consolidación de líneas de investigación; si bien no es propiamente formativo en la literatura, sí está orientado a fortalecer y consolidar habilidades de investigación, además muchos profesores generosos me aportaron aprendizajes particulares”, explicó la ponente.

Por último, tras reconocer que el doctorado es el lugar para someter el propio trabajo ante la crítica, Elsa López habló de las Jornadas Académicas y dijo: “Espacios como éste tienen gran valor porque significan presentar a otros lectores este trabajo y permitir la crítica, esos comentarios que tienen que ver con nuestra investigación, así como también con las habilidades que debemos ir desarrollando”.

Remarcó que en el campo de la docencia se puede generar reflexión en las aulas, lo que demanda a su vez una constante actualización, dado que la inserción laboral es un espacio complejo.

“Si se busca el desarrollo académico, con mi experiencia he aprendido que lo más importante es no dejar nunca de actualizarse y de involucrarse con las inquietudes de los estudiantes”, puntualizó.