Nueva York / El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo su entrada al tribunal de Nueva York este lunes, donde comenzó el juicio civil en su contra por fraude continuado en la Organización Trump. Este caso, impulsado por la Fiscalía del estado de Nueva York, se desarrolla en medio de estrictas medidas de seguridad.

A pesar de la presión mediática y las manifestaciones en su contra que rodearon el edificio de la corte en Foley Square, Trump optó por ingresar por una entrada lateral en lugar de la escalinata frente a la prensa y los manifestantes. Acompañándolo estaban sus hijos Eric y Donald Jr., así como otros socios acusados de inflar el valor de los activos de la empresa con el fin de obtener ventajas económicas.

Una vez en el interior del tribunal, Trump declaró ante los medios que considera este caso como una "continuación de la caza de brujas" en su contra y lo calificó como un engaño. Además, reafirmó la validez de sus declaraciones financieras que están bajo escrutinio y la valoración de sus propiedades.

En un giro característico de su retórica, Trump insinuó que este juicio tenía como objetivo interferir en las próximas elecciones, en las cuales es considerado favorito entre los candidatos republicanos. Dijo: "Esto tiene que ver con una interferencia electoral, pura y simple. Están tratando de dañarme para que no me vaya tan bien como me está yendo en esta elección (del próximo año)".

La fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien lidera la acusación, afirmó que "la justicia prevalecerá" ante los argumentos presentados por Trump. El juez ya había resuelto previamente que Trump, su empresa y sus hijos mayores eran responsables de fraude y ordenó la cancelación de sus licencias de negocio en el estado.

En el juicio, la acusación sostiene que Trump y sus socios participaron en la creación de estados financieros fraudulentos que llevaron a los bancos a asumir riesgos ocultos por cientos de millones de dólares.

Por su parte, la defensa de Trump, encabezada por Chris Kise, argumenta que el expresidente acumuló su fortuna a través de su conocimiento en bienes raíces y que la acusación carece de fundamento.

El juicio se estima que durará alrededor de tres meses y es uno de los varios litigios legales que enfrenta Donald Trump en diferentes jurisdicciones de Estados Unidos, aunque no está relacionado con los cuatro casos penales que también enfrenta, incluyendo las acusaciones relacionadas con las elecciones de 2020 y el asalto al Capitolio de 2021.