![]() |
Cuando en el sainete de las elecciones para jueces y magistrados creímos haber visto todo con los acordeones, las boletas inentendibles, los conteos en lo oscurito, las tómbolas, la no anulación de boletas no utilizadas realizada por los funcionarios de casilla, la falta de cuidado al aprobar candidaturas de dudosa reputación o de plano con mala reputación y un largo etcétera de situaciones que obligaron a los observadores de la OEA a recomendar no copiar de ninguna manera este modelo de elecciones, lo cual es una verdadera desgracia para México que era un país ejemplar en materia electoral, nos faltaba aún ver lo peor.
Y esto sucedió en Veracruz, entidad en la que solo Dios sabe lo que pasó, más lo único cierto es que al gobierno local se le olvidó controlar los acordeones que se repartieron y predominaron los de la misma agencia que llevó a la presidencia de la Corte a uno de los mejores servidores de López Obrador.
Nada más que, a diferencia de la federal, el resultado no gustó a las autoridades jarochas y al mejor estilo de Bartlett tiraron el sistema con el uno por ciento del cómputo y van a arrancar desde ceros un conteo manual en el que, desde luego, las boletas no inutilizadas van a tener la importancia que se esperaba de ellas.
Sí, el fraude al fraude se está llevando cabo en las sombras más profundas del OPLE veracruzano.
Pero el cuento no acaba ahí, pues resulta que la persona que creyó o le hicieron creer que va adelante, ya que no hay que olvidar que tiraron el sistema con un porcentaje de conteo tan bajo que resulta imposible hacer una proyección y no existe forma alguna de verificar absolutamente nada, salió a reclamar fraude cuando ella misma es parte de ese fraude por haberse postulado desde el poder (magistrada en activo) y a sabiendas de toda la farsa en la que estaba participando.
Sí, si anda con truhanes no debe de extrañarle salir desplumada.
Es imposible reclamar algo, porque no hay elementos para hacerlo, así se diseñó la elección y así lo aceptaron quienes participaron en ella.
En una elección normal, de esas en las que México era puntero, existen programas de resultados preliminares (PREP), conteos rápidos, representantes de las candidaturas (partidos) en todas las casillas que recolectan copias de las actas llenadas por los funcionarios que en ese momento y a la vista de todos realizan el conteo de los votos.
Es decir, hay muchas maneras de saber cómo estuvo la votación desde antes de realizar el cómputo final de toda la elección.
En cambio, en la farsa electoral de jueces y magistrados adrede no hubo nada de eso, por lo que ningún candidato puede saber qué ocurrió más allá de los resultados que publiquen cuando los quieran publicar.
Y para su desgracia, conste que se les advirtió, todavía existe el plus para el gobierno de las boletas no utilizadas (más del 85 por ciento del total), las cuales pueden ocuparse para obtener el resultado deseado.
Así que ningún candidato que se haya prestado a participar en esa farsa puede envolverse en la bandera de falso demócrata y salir a gritar que va a defender la voluntad popular, porque simple y llanamente no la sabe y no la sabe, porque no tiene manera de hacerlo y a sabiendas de eso, aceptó participar.
Y la peor desgracia para Veracruz es que gane quien gane, desde la presidencia del Tribunal Superior de Justicia hasta el juez del lugar más recóndito del estado, va a ser espurio.
Y lo va a ser, porque la elección que ya de por sí era dudosa debido a la inducción del voto por medio de acordeones y demás situaciones, con la caída del sistema y el posterior conteo manual de los votos se convirtió en un reverendo cochinero y el resultado que se produzca a nadie va a convencer.
Ese fraude al fraude es el premio para quienes por oportunistas participaron en esa elección y es la desgracia para quienes se vean en la necesidad de buscar justicia.
¡Qué necesidad había de socavar así al Poder Judicial, qué necesidad!
Twitter: @FelipeFBasilio
![]() |
® 2013 ENTORNO POLÍTICO |