14 de Junio de 2025
Entorno Político | OPINIÓN
Viernes 13 de Junio de 2025 | 9:48 a.m.
Raymundo Jimenez
Raymundo Jimenez
Al pie de la letra
El ‘Nerón’ de la UV

Desde su inscripción como aspirante a la Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV) en 2021, Martín Gerardo Aguilar Sánchez fue advertido por sus colegas más cercanos que su edad le impediría aspirar a un segundo rectorado en 2025. Pero, desde el inicio de su administración, desoyó este señalamiento e inclusive dio muestras de que poco le importaba la legalidad. Por ejemplo, entre sus primeras designaciones destacó la de Juan Ortiz Escamilla, un reconocido historiador cuyo nombramiento como director de Investigaciones causó polémica porque era inelegible al rebasar la edad máxima fijada por la Ley Orgánica. Un año después Aguilar reincidió al nombrar a Ortiz como secretario Académico tras la sorpresiva renuncia de Elena Rustrián, muy apreciada por la mayoría de catedráticos.

Aguilar arribó a la Rectoría sin cuadros académico administrativos de su confianza. Tan es así que tuvo que designar a Rubén Edel Navarro –un abierto promotor de la campaña de Jorge Manzo– como Vicerrector en la Región Veracruz, la segunda sede en importancia de la UV y asiento de la base dura de la FESAPAUV. Sin embargo, no le generó ninguna simpatía en esa región, ya que su designación como Rector fue mal vista entre la gran mayoría de la base académica en Veracruz y Boca del Río debido a un motivo ideológico generalizado y ramplón: “Es comunista”, dijeron. Y cuando en noviembre de 2024 le solicitó la renuncia a Navarro, la molestia creció por lo que había hecho “el pinch… comunista de Xalapa”, según dijeron.

Al ser “renunciado” el vicerrector de la Región Veracruz, el rector Aguilar nombró entonces en esa Vicerrectoría a Jorge Genaro Vicente Rodríguez, ex director de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia e hijo putativo del actual presidente de la Junta de Gobierno, Juan Manuel Pinos Rodríguez, por lo que al paso de los días el repudio fue desvaneciéndose por la intervención de las autoridades regionales, unidas a los dirigentes seccionales y locales de la FESAPAUV con el apoyo de la dirigencia estatal que desde hace décadas lidera Enrique “El Papo” Levet Gorozpe, un priista alineado actualmente con los guindas de la 4T.

Pero ahora, inserta en la peor crisis de su historia provocada desde la Rectoría, la UV y su comunidad han sido arrinconadas porque la Junta de Gobierno, genuflexa ante el autoritario rector promorenista, desertó de su responsabilidad y se la turnó cínicamente a estudiantes y académicos, quienes se debaten ante la disyuntiva de participar en la encuesta amañada que se le ocurrió a dicho órgano colegiado o hacerle el vacío por su ilegalidad e ilegitimidad.

Y es que ninguno de los ordenamientos legales contempla entre las atribuciones de la Junta de Gobierno hacer encuestas y endosarles sus tareas a los universitarios, sino cumplir con ellas. La junta de notables debe, porque no es constituyente, cumplir la ley a secas y, en el mejor de los casos para ella, rechazar la solicitud de Aguilar Sánchez o aceptársela, asumiendo las consecuencias de sus actos; tal cual es la tarea para la que fue nombrada.

Independientemente de los hechos que sobrevengan en los próximos días, la UV vivirá el verano más caliente de sus ochenta años de vida, porque las marchas de protesta por venir, al menos en Xalapa –según manifiestan los declarantes ofendidos–, crecerán impulsadas por los acechantes grupos de poder de la izquierda y hasta de la derecha. La inconformidad, dicen, saldrá del campus universitario y llenará primero las calles capitalinas. Después, quién sabe.

El partido, con todo y el árbitro vendido y comprado –dicen en corto los agraviados–, apenas empieza.

A ver si por su tozudez de que la genuflexa Junta de Gobierno le prorrogue en automático un periodo más por otros cuatro años a pesar de incumplir legalmente con el requisito de la edad, el rector Aguilar no termina tocando su lira viendo cómo se incendia la UV, tal como lo hizo el emperador Nerón mientras las llamas consumían a la antigua ciudad de Roma durante el verano del año 64, según el relato del historiador Tácito.

ENMUDECE LA JUNTA DE GOBIERNO

ANTE RENUNCIA DE UNA INTEGRANTE

Ayer, en redes sociales, Jorge Manzo Denes, uno de los tres aspirantes que hasta ahora han manifestado abiertamente su interés por suceder a Martín Aguilar en la Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV), publicó un interesante texto titulado “El silencio de los comunicados” en el que cuestiona que la Junta de Gobierno no haya confirmado oficialmente la renuncia de la doctora María Angélica Buendía Espinosa, una prestigiada académica de la Universidad Autónoma de México (UAM) que es integrante externa de este órgano colegiado de la UV.  

En su texto, Manzo Denes expone lo siguiente:

“En los últimos días, la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana ha emitido una serie de comunicados en torno a la solicitud de prórroga presentada por el actual rector. Cada uno de ellos ha intentado justificar procedimientos, contener la creciente tensión institucional y transmitir un mensaje de aparente normalidad. Incluso el último, en un giro alarmante, menciona amenazas dirigidas a algunos de sus integrantes y familiares.

“Pero hay silencios que pesan más que cualquier palabra cuidadosamente redactada.

“Hoy enfrentamos uno de esos silencios. La Dra. María Angélica Buendía Espinosa, integrante de la Junta de Gobierno, ha renunciado en pleno proceso de definición sobre el futuro de la rectoría, y ese hecho, de enorme trascendencia institucional, no ha sido comunicado oficialmente por la Junta de Gobierno.

“La noticia la conocimos por la prensa, no por los canales oficiales de nuestra universidad. ¿Por qué tanta celeridad para publicar comunicados que justifican un procedimiento altamente cuestionado, y al mismo tiempo, ninguna palabra sobre la salida de una de las integrantes del órgano colegiado más observado en estos momentos?

“Hago un llamado público a la Junta de Gobierno: es urgente que se informe formalmente sobre esta renuncia, que se expliquen sus motivos y que se comunique de manera clara el procedimiento para designar a quien habrá de sustituirla.

“Hasta el momento, sólo contamos con la versión periodística, que señala que la Dra. Buendía Espinosa se retiró “en un claro deslinde del proceder del órgano colegiado, al que señaló como objeto de presiones internas”. De ser así, estaríamos frente a una situación grave, no solo por lo que revela, sino por la omisión institucional que le ha seguido.

“El vacío informativo ha abierto la puerta a múltiples conjeturas. Yo tengo la mía: considero que se trató de un acto de dignidad, un gesto ético de quien se negó a convalidar un procedimiento debilitado en su legitimidad, comprometido en su legalidad e insensible al sentir mayoritario de la comunidad.

“Invito a la Junta de Gobierno a que confirme o refute mi interpretación, en un comunicado convincente. No por una exigencia personal, sino porque la verdad es un deber universitario, especialmente en tiempos de crisis.

“El artículo 5 de la Ley de Autonomía establece que corresponde a la propia Junta designar a la persona que sustituya a quien ha dejado el cargo por renuncia. Sin embargo, en estas condiciones –con un proceso claramente erosionado por la opacidad y la pérdida de confianza– ese nombramiento no debe realizarse bajo la misma lógica.

“Propongo, con pleno respeto a la ley, que por esta única ocasión el lugar vacante sea asignado con criterios de transparencia y participación universitaria, como gesto mínimo para restituir la confianza y recomponer el tejido institucional.

“Lo que hoy enfrentamos va mucho más allá de un trámite de prórroga. Se trata de una fractura en el sentido de comunidad, de una pérdida de confianza en los principios que nos han sostenido como institución. La Universidad Veracruzana, que durante décadas fue referente de civilidad y cultura democrática, hoy se ve socavada por omisiones, silencios deliberados y decisiones alejadas del espíritu universitario.

“Nuestra casa de estudios no puede mantenerse al margen ni callar frente a hechos que lesionan su integridad institucional. Merece claridad, legalidad y altura moral. Y merece, sobre todo, que se le informe con la verdad.

“Mientras eso no ocurra, corremos el riesgo de ver cómo se desmorona una institución que a todos nos ha costado generaciones construir.”

Fin del comunicado.

LA ANÉCDOTA

Según cuentan algunos protagonistas de la sucesión rectoral de la UV en 2021, los dos candidatos con el más alto puntaje fueron Martín Aguilar y precisamente Jorge Manzo Denes, un investigador y académico mucho más brillante que el sociólogo e historiador, por lo que tenía más simpatías entre los miembros de la Junta de Gobierno.

De acuerdo con esta versión, el error de Manzo fue cuando uno de los entrevistadores del órgano colegiado le pidió su opinión sobre la equidad de género. El tono autoritario y la respuesta evasiva del experto en neurobiología del autismo infantil no agradó a los sinodales que, a pesar de no estar muy convencidos, decidieron entregarle la Rectoría a “Martinillo”.

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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