Las protestas de migrantes de los últimos días en California, ocasionadas por las deportaciones de migrantes ilegales, son el posible detonante de presiones y crisis entre México y Estados Unidos, que no sobra decirlo, desde la llegada de Trump a la presidencia no ha sido una relación buena, por el contrario, se descompone a pasos acelerados cada día y mantiene agendas extraordinariamente complejas y difíciles como nunca antes.

Pero es claro que al final las protestas solo perjudican a nuestros migrantes, ellos no obtienen nada y tendrán que pagar el altísimo costo político de estas. Beneficia de forma inmediata la narrativa del Presidente Donald Trump y le da un respiro político en medio de fracasos absolutos que tiene abiertos en mil frentes, la idea de “Bad Hombres” tiene por fin una imagen poderosa en los medios estadounidenses.

Beneficia también a grupos radicales que usan la destrucción y el caos como forma de desestabilización. No es difícil ver banderas palestinas y hombres con cintas verdes reconocibles como de Hamas en estos disturbios en Los Angeles.

Puede beneficiar a grupos de extremistas en Estados Unidos o agendas de desestabilización política y social que están utilizando a los migrantes como arietes de presión.

A mí en lo personal no me gusta ver nuestra bandera mexicana junto a la de Palestina, simplemente no creo que sea una buena idea. Nuestro país es mucho más que violencia. Hemos construido una relación de respeto con nuestros vecinos, somos socios comerciales y tenemos una sociedad que construye lazos muy fuertes en ambos lados de la frontera.

Claro que nuestra vecindad con Estados Unidos es conflictiva, no puede ser de otra manera, nuestro intercambio comercial es de 840 mil millones de dólares y son cientos de millones de personas las que cruzan la frontera cada año, también es el paso de armas, drogas, tráfico de personas y mil cosas terribles, que posiblemente representen un tanto casi igual al intercambio comercial legal.

No es fácil, como vecinos tenemos historia, no todo es lindo y hermoso, pero junto con Canadá somos el área económica más exitosa del mundo y nuestras industrias y cadenas de producción son muy importantes a nivel mundial.

Si nos ponemos a pensar, estos disturbios tan violentos no benefician ni a los migrantes ni a nuestro país y tampoco a nuestros vecinos del Norte. Estas protestas tengo la idea que benefician a otros actores bien distintos.

El mundo está enloquecido, la guerra de Ucrania, el conflicto de Hamas con Israel, China y su intención de tomar Taiwán, Trump destruyendo las bases del comercio internacional con sus aranceles sinsentido, Europa en sus propios y muy serios problemas, Cuba en su larga y desesperante agonía y África en una extraña calma que nada bueno presagia.

Estas protestas no tienen nada que ver con los migrantes y las redadas del ICE, aquí hay algo mucho más serio y profundo. Alguien quiere destruir por completo el Bloque económico de América del Norte, enfermar con odio la relación entre sus países y crear un conflicto político y social justo al Sur de Estados Unidos.

Espero que nuestro gobierno lo tome con mucha frialdad, es momento de tempestades que exigen templanza y serenidad a los gobernantes. No seamos los tontos útiles, al final nuestro mejor aliado siempre será nuestro vecino.

Recordemos que en la Primera Guerra Mundial el Imperio Alemán envía lo que ahora conocemos como el Telegrama Zimmermann, una propuesta de alianza militar entre el Imperio Alemán y México, con la oferta de recuperar los territorios de Texas, Nuevo México, Arizona y California a cambio de la participación militar de nuestro país contra Estados Unidos.

Les aseguro una cosa, si hubiéramos aceptado la propuesta del Imperio Alemán, Tijuana estaría pasandito Querétaro y posiblemente Tampico sería tierra de güeros.

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