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Hace unos días les recomendé a mis alumnos que vieran un poco de cine, pero ahora desde una mirada de arquitectos. La recomendación eran dos visiones del futuro, la primera era “Odisea del Espacio 2001”, de Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke, espiritual y con una redención de la humanidad, y la segunda, Blade Runner, de Ridley Scott, una visión distópica de un futuro con humanos artificiales que llaman “replicantes” y que según sus fabricantes son “más humanos que los humanos”.
El objetivo era la observación de la Arquitectura en un contexto de futuros imaginarios, uno espiritual y el otro una distopía decadente.
Al ver las dos películas me encuentro con un tema mucho más interesante y profundo. Solo personajes como Arthur C. Clarke y los autores de Blade Runner pudieron en un instante de racional comprensión ver el futuro y la complejidad ética de la inteligencia humana.
En "Odisea del Espacio 2001" los personajes son fríos y emocionalmente distantes. Por momentos desespera que no les importa el cumpleaños de su hija ni que sus padres lo feliciten en medio del más lejano espacio, él responde con la mayor indiferencia, simplemente parece no importarle ni siquiera un poco. Por el contrario, la Computadora HAL 9000. en esa lejanía espacial, parece cobrar un sentido de humanidad. Lo más humano en esa nave es HAL 9000, que llega a suplicar compasión al ser humano.
En “Blade Runner”, el problema no son las emociones humanas, es el hecho que los humanos artificiales que llaman “replicantes” son más humanos que los humanos, tienen sentimientos y recuerdos, siendo que ellos mismos no tienen la certeza de qué son, cuestionando que es una lastima que no puedan “vivir”.
Las dos visiones me movieron emocionalmente muy fuerte, al final qué importancia tiene vivir si renunciamos a nuestras emociones humanas al grado de ser más sencillo encontrarlas en una computadora o en el peor de los escenarios, encontrar que se puede fabricar no solo inteligencia artificial, sino replicar nuestra más profunda humanidad de forma artificial.
La arquitectura en las dos películas es grandiosa, simplemente inmejorable. Los decorados de “Odisea del Espacio 2001” son una locura y una visión del futuro maravillosa. Los de Blade Runner, solo puedo decir que sale una de las obras que más admiro de Lloyd Wright, la Casa Ennis en Los Angeles, California.
No estoy seguro que de momento podamos desarrollar inteligencia artificial con emociones humanas o en su caso humanidad artificial en todo el sentido de la palabra. Más bien creo que somos capaces de desarrollar inteligencia artificial que esté determinada por una gran acumulación de conocimiento humano y sea capaz de realizar tareas que requieren aprendizaje, resolución de problemas, razonamiento y percepción. Esto será el principio de la Inteligencia Artificial, en un futuro, tal y como lo dijo el padre de la computación, Alan Turing, para que una máquina sea considerada inteligente debe engañar a un ser humano haciéndole creer que es un ser humano.
Al final terminamos con la visión de otro gigante de la Ciencia Ficción, Isaac Asimov, que en su trilogía “La Fundación”, el personaje Hari Seldon, desarrolla la “sociología matemática” y con leyes estadísticas y acumulación de todo el conocimiento de la humanidad hace posible predecir el futuro.
Claro, lo importante es que la población no tenga conocimiento de esas predicciones, ya que de lo contrario el futuro es completamente imprevisible.
Al final del cuento, es el tema de la profecía autocumplida, donde creer que algo ocurrirá puede influir en las acciones de una persona o personas que contribuyan a que la predicción se convierta en realidad.
Este Jueves tenemos una conferencia sobre Inteligencia Artificial en el Colegio de Arquitectos, el tema me parece de la mayor importancia, lo comentaremos en las próximas semanas.
Jorge Flores Martínez
Presidente del Colegio de Arquitectos en el Estado de Veracruz-Xalapa
X: @jorgeflores1mx
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