31 de Mayo de 2025
Entorno Político | OPINIÓN
Viernes 30 de Mayo de 2025 | 11:44 a.m.
Bernardo Gutiérrez Parra
Bernardo Gutiérrez Parra
Desde el café
Déjate de jaladas y vete a tu casa

Impuesto por el gobernador Cuitláhuac García, el rector de la Universidad Veracruzana, Martín Aguilar Sán… “Épale, a ver columnista, para tu carro. Todos los rectores de la UV han sido impuestos por el gobernador en turno, ¿por qué nombras nomás a Cuitláhuac?”. Falso, en la mayoría de los casos era la Junta de Gobierno la autorizada para nombrar al rector. Y si hablo en pasado es porque, por encima de aspirantes de primer nivel, Cuitláhuac impuso a Martín y la Junta de Gobierno apechugó.

Lo más que hacían los gobernadores de antes era “sugerir” el nombre del rector y la sugerencia se acataba de volada; pero nunca impusieron a nadie como lo hizo Cuitláhuac. Y entre sugerir e imponer hay una diferencia abismal.

¿En qué me quedé? Ah sí, te decía lector que Martín Aguilar fue impuesto por Cuitláhuac García como rector. Y como sucede en estos casos cuando se escoge a un inepto pero que es muy cuate, la imposición resultó un fiasco y una colosal decepción. Sin discusión, Martín es el peor de los 22 rectores que ha tenido la UV.

Huero, gris, insustancial y sin la capacidad intelectual de sus antecesores, Martín ha transitado por casi cuatro años con más pena que gloria por la rectoría. Y van ejemplos:

Su sueño de “democratizar” a la UV ha devenido en querer cuatrotizarla, lo que ha encontrado resistencia en los universitarios que no desean un pensamiento único, sino seguir con la pluralidad de ideas.

El año anterior al presentar su tercer informe, presumió de que uno de sus mayores logros era la especialización del personal académico. Pero días después y en una visita a la Facultad de Biología, los académicos le protestaron y se quejaron por la manera de asignar plazas de tiempo completo a sujetos y sujetas que no tienen el perfil académico que requiere la Facultad. “Eres egresado de la prepa y no tienes chamba pero simpatizas con la 4T, pásale a ocupar tu plaza en la Facultad de Biología”, me dijeron en esa ocasión con ácido humor.

Después de esta protesta hubo otras en la Facultades de Ingeniería de Acayucan y Veracruz; en la Facultad de Ciencias Químicas de Orizaba y en la de Comunicación del puerto jarocho por el mismo motivo.

¿Y qué pasó? Pues nada.

Apoyado por un grupúsculo de vividores (porque que no me digan que son catedráticos universitarios), a Martín Aguilar se le alborotó la hormona y quiere la reelección, cuando independientemente de su insolvencia e inoperancia, está incapacitado por los estatutos de la UV ya que tiene 65 años. Es decir, está imposibilitado y lo imposibilita la ley.

Pero cuando se alborota la hormona aguas, sobre todo a esa edad. Y Martín sigue buscando agenciarse adeptos.

Lo anterior provocó que los tres últimos rectores: Víctor Arredondo, Rafael Arias Lovillo y Sara Ladrón de Guevara, enviaran una carta donde sin mencionarlo para nada, le piden a la Junta de Gobierno de la UV que emita con oportunidad y claridad la convocatoria para garantizar que el proceso (de elección del rector y/o rectora) se lleve a cabo con plena transparencia.

Mas adelante le advierten. “Retrasar, omitir, interpretar ilegalmente o alterar el curso normativo de este proceso, por la razón que sea, abre la puerta a arbitrariedades que amenazan la credibilidad de la máxima casa de estudios de Veracruz”.

También le piden que “haga efectivo su compromiso con la autonomía institucional, libre de cualquier tipo de presión o injerencia externa o interna”.

Y en este párrafo me quiero detener. Autónoma, autónoma, autónoma, lo que se dice autónoma, nunca ha sido la UV. Pero independientemente del apoyo que recibió de los gobiernos estatales, también recibió el respeto de los gobernadores que dejaron a los rectores hacer su trabajo.

Las cosas comenzaron a descomponerse cuando Javier Duarte le retiró el subsidio (presuntamente porque se lo clavó) y para colmo de males, le cantó la bronca a la rectora Sara Ladrón de Guevara.

Miguel Ángel Yunes y Cuitláhuac García, ambos egresados de las UV, hicieron como que la apoyaron, pero no hicieron mucho. Y fue Cuitláhuac quien destruyó su poca autonomía al imponer por sus pistolas a Martín Aguilar en la rectoría.

En lo personal (y lo digo con mucho respeto), siento ternura por la carta que enviaron tres distinguidísimos ex rectores a la Junta de Gobierno (entre otras instancias) cuando la Junta de Gobierno se hincó ante Cuitláhuac y sigue así, sin levantarse.

Lástima por los aspirantes con brillantes blasones universitarios, porque el futuro de la UV depende de la decisión que tomen en Palacio de Gobierno. Y esto es un volado porque como puede que le digan “Mira Martín, déjate ya de sueños guajiros y de jaladas y vete a tu casa”, pueden ratificarlo.

Por el bien de la UV, de la comunidad universitaria y si tantito me apuras lector, por el bien de Veracruz, ojalá lo manden a su casa.

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*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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