Quizá, dándoles una flauta para comprobar si pueden sacar un tañido, sería suficiente
Las campañas municipales que ayer concluyeron, dejan varias enseñanzas, rescataremos dos. Veamos.
En primer término, hay aspirantes que no tienen la mínima posibilidad de ganar, no pintan en las encuestas. El asunto no es anecdótico, ya que, dichos candidatos sólo estorban en los debates (que deberían darse entre los punteros), pulverizan la poca participación ciudadana y contribuyen a contaminar el paisaje urbano con su propaganda.
Además, muchos de ellos negocian su declinación para causar un impacto mediático en favor de alguno de los favoritos. A este tipo de suspirantes, no vendría mal hacerles una prueba de evaluación de confianza, antes de darles el registro.
En segundo plano, están todos aquellos que hacen gala de una ignorancia supina. En los debates, les dan dos minutos para exponer y, a los 45 segundos de lugares comunes, enmudecen porque no saben que decir.
Su nivel de discurso y sus propuestas son un cúmulo de disparates, su visión del desarrollo se reduce a pavimentar calles y, con ello, prometen que lograrán ubicar a la demarcación al nivel de cualquier capital primermundista. Con estos personajes, que suelen salir victoriosos con frecuencia, pensar en la planeación municipal, es un sueño guajiro.
A estos últimos, bastaría con aplicarles un examen de selección, pero ¿qué hacemos para superar el desdén de los votantes?
*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.