En veces, resulta imperceptible la línea que separa el espíritu de grupo de la impunidad
Sin duda, es un delito de lesa humanidad, el desfalco que se cometió en la cuenta pública de 2023 durante la administración de Cuitláhuac García, no se dejaron de tapar baches o reparar fugas de agua, se lucró con la Salud Pública y eso, de seguro, costó vidas.
En este sentido, la gobernadora Rocío Nahle, presentó una denuncia por presunto Daño Patrimonial por la cantidad de mil 600 millones de pesos, lo cual es un paso correcto. Tal decisión, se apoyó en una auditoria forense realizada por la Auditoría Superior de la Federación, pero, no sobra decir, que las tropelías comeditas en dicho sector, ya habían sido ventiladas en reportajes bien documentados, así como, por un diputado opositor.
La malversación tiene que ver, con licitaciones amañadas en la subrogación de equipos médicos, contratación de limpieza, fletes y comida, principalmente. No sobra decir, que durante el sexenio anterior hubo tres titulares en Salud, sin embargo, Jorge Sisniega, siempre estuvo a cargo del área administrativa ¿por qué?, era hombre de confianza del Cui.
El meollo de esta reflexión, radica en el hecho de que, antes de realizar las indagatorias para deslindar responsabilidades, el ex ‘góber sabadaba’, ya fue exonerado (por las mandamases) cuando, suponiendo que no participara en los cochupos, fue omiso.
Ni hablar, todo indica que Sisniega, será el único ‘pececito gordo’ que pagará los ‘platos rotos’ (quizá lo acompañen algunos subalternos), mientras, García seguirá disfrutando la dolce vita. Las ventajas de tener ‘todo el pinche poder en las manos’, dijera el clásico.
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