Este miércoles, justo un día antes del Día del Trabajo, los sabios bebedores de café se mantuvieron en sus mesas platicando de la política nacional. Comentaron, entre otras cosas, que si el PT, como dice su slogan, es la 4T… caray, no le ayudan en nada al Movimiento.

Mario Vargas Llosa describió al régimen mexicano por allá de los 90s, como la Dictadura Perfecta, pues con base en su sistema de Instituciones, no era un solo personaje el que detentaba el poder, sino que era todo un Poder Despótico que no soltaba nada.

Pero en donde sí se han volado la barda y ni siquiera se ruborizan es en el Partido del Trabajo. Y es que si usted piensa que los casi 20 años que lleva Vicente Aguilar al frente del PT en Veracruz ya es un abuso… se va a ir de espaldas cuando recuerde que Alberto Anaya encabeza la directiva de ese partido ¡Desde 1990!

¡35 años, más los que se acumulen! 

¡Peor que Porfirio Díaz! ¡Un pésimo clon de Fidel Velázquez!

Este fin de semana pasado, en un evento “democrático” se realizó el Congreso del PT para, por fin, reformar los Estatutos y ajustarlos al tema de la “No reelección”. Ah pero no vaya usted a creer que con eso el líder que lleva 35 años sentado en el trono se iba a retirar… la propuesta aplicará para la próxima ocasión, por lo que Alberto Anaya continuará en la Presidencia del PT hasta el 2031, con la posibilidad de otro periodo más de seis años, lo que lo llevaría hasta el 2037.

Es el colmo del cinismo y la desfachatez que exista un partido político que se diga parte de una Transformación Nacional y que tenga un líder que ya lleva 35 años en el poder, y que, si Dios le presta vida, esté 47 años… media vida.

Por cierto, Alberto Anaya fue quien sacó al PT- Veracruz de la Alianza con MORENA. Así lo lloró en su memento Vicente ante los sabios bebedores de café.

¿Qué democracia puede representar un partido con esos liderazgos tanto a nivel nacional como estatal? ¿Qué ideales pueden perseguir los políticos que por ese partido son candidatos, funcionarios, legisladores?

Los canillazos duros y los cafés bien fríos van para los líderes del Partido del Trabajo, que representan los peores ideales de la democracia. Son dictadorzuelos de rancho, que no saben vivir más que de los impuestos de los mexicanos.

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