“La bandera es de todos, hasta de los traidores a la patria”.
Andrés Manuel López Obrador

De todo lo sucedido la semana pasada, desde la exigencia de la oposición por el uso del zócalo, los jaloneos con la CNTE, el pleito por la bandera, la marcha y el debate de las candidatas, lo que más de dolió como ciudadano es que el presidente llamara traidores a millones de mexicanos que su única “traición” es no pensar como él.

Nos ha llamado de mil formas distintas y con cientos de insultos y adjetivos denigrantes y ofensivos, eso lo tengo claro, desde fifís, conservadores, hipócritas, racistas, clasistas, corruptos, corruptazos, aspiracionistas, déspotas, rateros, deshonestos, simulados, ladinos, sabiondos, entre muchos, pero el que a millones de mexicanos les llame traidores es cosa aparte.

No lo sé, puede ser que muchos lo pasen como una ocurrencia más, yo en lo personal no estoy dispuesto a que nadie me llame traidor. No lo merezco como ciudadano mexicano.

La bandera es de todos los mexicanos y punto.

El otro asunto que me tiene preocupado es la candidata oficialista. No me gusta su visión de la democracia de mayorías aplastantes y pensamiento único, donde el diálogo simplemente sea un monólogo del poder y las minorías una incomodidad más que desconocer. Eso es preocupante en serio.

Otra cosa que no me gustó nada es la versión de la historia que pretenden escribir donde solo y únicamente ellos son los constructores de la democracia en México. Eso es mentira, la democracia mexicana es resultado de la lucha y aportación de muchos mexicanos desde las más diversas y antagónicas posturas políticas de la derecha y la izquierda. Todos los mexicanos hemos aportado algo a nuestra democracia, esta no se construyó desde la única visión de López Obrador como iluminación divina. Por el contrario, se construyó con elevados ideales y la aportación de grandes hombres, pero también la casi insignificante pero valiosísima participación de un simple voto o el conteo de estos que hicimos millones de mexicanos.

Un México que desde el poder llame traidores a los que no piensan como el poder quiere. Un México donde el presidente insulte y ofenda a los mexicanos sin consecuencia alguna. Un México donde solo y únicamente sea el poder el que defina la democracia y la libertad de todos los mexicanos, gracias, pero ese México no me gusta y no lo quiero para mi ni para las próximas generaciones de mexicanos.

No puedo ser neutral, el México que pretenden no me gusta.

Si a ti te gusta que te insulten, ese es justamente el problema. Un mexicano libre nunca permite que lo insulten y tampoco permite que insulten a otro mexicano solo por pensar distinto.

No me gustan las visiones de país donde no todos estamos incluidos.

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