03 de Mayo de 2024
Entorno Político | OPINIÓN
Sábado 20 de Abril de 2024 | 9:37 a.m.
Lenin Torres Antonio
Lenin Torres Antonio
Crónicas urgentes
Manifiesto de la 4ª T

Apuntes desde el Suelo

El origen del mal

Desde hace más de 170 años se impuso una sola narrativa del hombre, una sola forma de concebir y practicar (“vivirla”) la vida en sociedad, un sistema ideológico, económico, psicológico, político, cultural y social que se nombró capitalismo, basado en el libre mercado, la propiedad privada de los medios de producción, tiene al capital o sea al dinero como finalidad de la vida humana, la división de clases sociales entre ricos y pobres,  justificada perversamente con la necesidad de la dialéctica hegeliana, la libertad de expresión y asociación siempre y cuando no se contraponga ni desestabilice el “orden capitalista mundial”, ni atente contra el imperio dominante, libertad basado en un solo guion de la esperanza y los ideales democráticos de igualdad, justicia y libertad, etc. Posterior a su origen, hubo una contraparte que se le opuso, el comunismo, que se expresa como el pensamiento de izquierda, proponiendo todo lo contrario, esa guerra de las ideologías duró poco tiempo, hasta que el comunismo dictatorial (Joseph Stalin, Mao Zedong, etc.) y la mala interpretación marxista resultó un fracaso como alternativa a los espejismos hipnóticos democráticos y lúdicos del capitalismo.

La caída del muro de Berlín, y el colapso económico de la extinta URSS, y de sobremanera el fracaso de las predicciones marxista de la asunción de la clase proletaria, como sustituta de la división de clases entre ricos y pobres, fueron los últimos esténtores del comunismo como alternativa política, económica y social. El Capitalismo resurgió con más poder y optimismo, tratando de modernizarse acuñó un término para renombrarlo, neoliberalismo, que a la postre resulta ser lo mismo.

Hemos creído que vivimos el mejor de los mundos posibles, y que la exclusión, la pobreza, la violencia, y la injusticia se combaten con ese marco conceptual“racional” único, que podemos llamar,pensamiento único legitimador (mitos constitutivos), y que occidente se obceca en imponerlo como la única mirada, la única gramática con que definir la naturaleza humana, y que esos mitos desafortunadamente sólo han servido para construir un marco conceptual para legitimar la explotación (esclavitud) humana a manos de unos cuantos: es así, que la democracia, la justicia, el derecho, la igualdad, la dignidad, etc., son nuestros románticos e ideales-barrotes de la celda de nuestros cuerpos, donde se nos infringen severos castigos correctivos, por lo que no debemos olvidar que “la letra entra con sangre”, que la idea que tenemos del mundo ha sido construido a expensa de grandes sufrimientos y sangre humana, en suma, la historia del hombre es la historia de sus guerras externas e internas, individuales y colectivas.

De esa confusión del animal con tenues sentidos y una imaginación que rebasa los puntos de apoyo ciertos para saber del mundo externo e interno, para darle certeza al pensar como la única garantía de certeza, que se sirvieron los resentidos, el fuerte (débil) que devino en asceta y en portador de la buena nueva, los dueños del gran engaño de la intolerante gramática occidental, perversa y mortal, eficaz y segura como instrumento de explotación y denominación, una gramática que contiene hasta su auto justificación en una antítesis de una diferencia controlada del acto revolucionario que permite la legitimidad del sistema de dominio, e incluso de una verdad que se auto legitima con el mismo pensar, cogito ergo sum, aunque lo inconsciente, la voluntad y los procesos alienantes de la economía lo hagan trastabillar, e incluso, lo hagan caer en contradicciones con sentencias como: “el hombre ha muerto”, “hay un inconsciente que opera independientemente de la razón”, o “el medio de producción troquela al sujeto necesario que le permita reproducirlo, y condene al hombre a ser sólo un (valor económico)”. 

Es la hora del tiempo de las maquinas, ruedas, fabricas, edificios, placebos, etc., donde los sentidos son explosionados y utilizados para reafirmar nuestra condición de civilizados, hasta llegar al momento actual, donde lo real se sustituye por una híper-realidad que nos deja en total indefensión ante el sistema mundial de dominación y explotación, el proceso de alienación culmina exitosamente, y el hombre se reduce a un plus, queda pues tan sólo un numero en la lápida de cada uno de nosotros aun antes y después de morir.

La cultura occidental nace en el Mediterráneo, en Grecia se consuma el abandono de la tragedia, del origen en el caos, y se inicia la tiranía del logo y el lenguaje, pero no es ahí donde nacen los que se adueñan del mundo, las hordas de los barbaros del norte de Europa, venidos beatos y redentores de la fe, se hacen con los lugares santos y administran no tan sólo la fe, construyen la verdad del hombre, y definen lo que es naturaleza humana, se adueñan del mundo espiritual y material. Desde ese momento, el mundo tiene un solo dueño. 

Las miradas de los señores feudales se desvían de los lugares santos y se sitúan hacia los cuatro puntos cardinales, ya no les son suficientes sus tierras y sus esclavos, e inician la colonización salvaje de África, Asia, América, aun todavía no llegan las luces de la Ilustración que les permitan pasar de la colonización salvaje a la colonización civilizada (ideológica), tan sólo le teología justifica la apropiación de los salvajes y sus tierras; los negros, los indios, los chinos, los amarillos, al fin de cuenta, lo que marca la diferencia es la piel, podríamos decir que es el tiempo de la supremacía de la piel blanca.

La Ilustración sentó las bases ideológicas y epistémicas de la colonización civilizada (ideológica) con la que los señores feudales monárquicos (democráticos) sustituyeron la fuerza bruta por las ideas, como nos las describe Foucault en vigilar y castigar, el castigo paso del cuerpo al alma, y se nos hizo creer que el alma era diferente al cuerpo, e incluso, que el alma era más importante que el cuerpo, criminalizaron al cuerpo. 

El proceso de dominación de los señores reyes de piel blanca, pasó de la colonización por la fuerza a la colonización civilizada e ideológica, se instala la superestructura o metalenguaje de la dominación, la gran gramática de la única verdad, que no tiene nada que ver con la economía capitalista, sino ideológica-filosófica, y fundamentalmente, con el lenguaje y la psicología. 

El corpus epistémico-ideológico de la fe ciega en la razón y la democracia son interiorizado para permitir una dialéctica que justifique la superación de los contrarios, podemos decir que se instala la teoría de la diferencia que posibilita al ser en el no ser, el hombre como dice Nietzsche, prefirió querer la nada (la ideología ilustrada) a no querer, porque ante la proscrito del goce del cuerpo, que no necesita palabras, letras, el goce se instala en el símbolo, un símbolo insaciable, y perverso, limitado y acomplejado. Por eso quien impusiera la gramática dominaría al mundo: la cruzada por los lugares santos se sustituyó por la cruzada por el predominio de la gramática occidental, qué importa que la cultura legitime el burka, si occidente dice que eso es inmoral y anormal, ya está dicho todo; la verdad de los hombres quedó secuestrada. La madre de todas las batallas en un tiempo por venir será por rescatar la diversidad y la pluralidad de los cuerpos y tierras.

La historia del hombre es la historia de sus guerras internas y externas, guerras que se conducen en sentido inverso a la razón y a la civilización. El agotamiento de esa gramática perversa de dominio y explotación, de desesperanza y de sufrimiento, no permiten augurar ni un saber cierto del hombre y su naturaleza porque los dictados de esa gramática de dominio lo construyeron no para un saber de si, y si como un instrumento de dominio y explotación, donde lo trágico y el cuerpo fue criminalizado y excluido,  ni mucho menos una res pública que sus mitos sean los fines últimos del hombre: la justicia, la igualdad, la democracia, la dignidad, por lo que una nueva crisis del concepto del hombre y sus naturaleza, y fundamentalmente, su condición social, se hace obligatorio y urgente.

Esto es despertar del sueño dogmático en que nos ha mantenido el sistema de alienación y dominio que ha construido e impuesto una sólo lectura del hombre, la gramática occidental del 1%, y revertir el proceso histórico de lo excluido y temido, de lo extraño y olvidado, desde un verdadero nosotros por encima del yo y tú que resumen nuestras identidades.

A partir de la consolidación del sistema capitalista, todo obstáculo y muestras de insumisión y rebeldía es tipificada por comunismo o populismo. Queda proscrita toda otra narrativa que se oponga a la gran narrativa imperante del capitalismo.

Orden mundial e imperio dominante.

Los teóricos de la política, de la historia, de lo social habían creído que todo Cambio Social era precedido por un Agotamiento del Modelo de Explotación Dominante, y que era en los muchos casos, un Modelo Local de Explotación Dominante, sólo ha sí podrían explicar las variedades en tiempo y forma de los Cambios Sociales en las distintas sociedades en el mundo, además que otro elemento fundamental era que Todo Cambio Social se daba predominantemente en un escenario necesariamente violento, pero todo ha cambiado desde que el Modelo de Explotación Dominante se convirtió en un verdadero Sistema Mundial de Explotación, y que el proceso de globalización teóricamente y en lo real ha desvelado al Pensamiento Único Legitimador Mundial, no hay otro, es desde de ahí donde se construye todo para poder hacer efectiva la explotación desde una base teórica biológica, por lo que lo social y lo público vienen a constituir conceptos polimorfos perversos que apuntan siempre a una contradicción que aparentemente ha pasado desapercibida porque así ha convenido al Sistema Mundial de Explotación Dominante, y ha permitido la legitimación innecesaria porque el poder ocurre más allá de esas coordenadas conceptuales sociales y humanistas, y de ese escenario legitimador que es el Estado Democrático, así que todos los demás conceptos polimorfos perversos como es la justicia, la igualdad, el estado de derecho, la democracia, el individuo, lo bueno, lo malo, etc., vienen hacer conceptos superfluos de una gran obra escrita siempre a modo del autor.

La historia social tienen una evolución desde lo local a lo global, y para que el Modelo de Explotación Dominante local se convirtiera en un verdadero Sistema Mundial de Explotación, requería la sofisticación masiva de los medios de comunicación, el mensajero, la carta, el telegrama, la radio, la televisión, nunca tuvieron la potencialidad como medios de comunicación globales, y técnicamente fueran globales, y esto ocurrió en el presente siglo que transcurre con el control virtual de lo real, y la aparición de la Internet y las redes sociales (la construcción paralela de la otra vida humana, una escisión en la unidad “indivisible” mente-cuerpo nunca pensada), realidad a la que hemos entrado de forma espontánea y rápida, sin que fuera denunciada, ni mucho menos combatida más que en exclamación nostálgicas aludiendo a la añoranza romántica de preservar las cartas o misivas de los enamorados. Pasamos de un Sistema de Dominación Local, y en algunos intentos con la intención de hacerlos global, el imperio romano, el predominio hitleriano, etc., que tenían las características de ser movimientos sociales violentos y solamente reales, concretos, a un Sistema Mundial de Explotación Dominante Virtual-Real. 

Aunque pareciera que las resistencias culturales, religiosos, y raciales (la eterna guerra “religiosa” por la exclusividad del lugar santo de la cuna de las religiones occidentales en el medio oriente, el temporal clima de democratización y libertad de la Primavera Árabe, La Guerra Fría que incluso terminó por colapsarse con la caída del muro de Berlín, los movimientos izquierdistas de Sudamérica, el chavismo, el lulismo, desaparecidos de la faz de la tierra, el evo morales con su burgués revolución indígena aislada, etc.) pudieran ser contrapesos de ese Sistema Mundial de Explotación Virtual-Real, “la verdad del verdadero orden mundial” estaba planteada premeditadamente por ese mismo Sistema Mundial de Explotación Dominante Virtual-Real, es decir, eran previstos y permitidos, aunque eso sí, controlados, y condenados a morir casi inmediatamente. 

Desafortunadamente ese proceso de dominación sólo se podría pensar y filtrar en los filmes de conspiraciones, y jamás pensamos que podría ser lo real de nuestra vida social y pública. 

Fue así como los agentes del Imperio Mundial han utilizado la era de la internet como placebos a esa triste vida humana, y el decepcionante malestar en la cultura al fin pudo encontrar su fin en el apasionante deslizamiento perpetuo a grandes velocidades en las carreteras infinitas virtuales de la Internet, sustituyendo la neurosis pública por una esquizoide pública, nuestra neurosis privada hecha pública como religión pasó a ser el deslizamiento de la deprimente locura privada a una apasionante esquizoide publica controlada. Los muros concretos de los Manicomios Privados cedieron a la instalación de un muro virtual de un Manicomio Mundial. 

Pero el escenario del verdadero orden mundial, comenzó a construirse desde hace un buen tiempo, e incluso, las oposiciones a él, sirvieron para consolidarlo, fue así como lo señala Althusser, los “intelectuales armados” (Filosofía y Marxismos Althusser L. 1988) desaparecieron de la faz de la tierra antes que las predicciones marxistas se cumplieran, principalmente el empoderamiento de una Única Clase Trabajadora Dominante, y ante las heridas recientes de esa época, las conflagraciones bélicas, la 1ª y 2ª Guerras Mundiales, acompañadas de “las monstruosidades”: el holocausto judío, la carrera armamentística, las consecuencias de exterminio funesto de la “lucha ideológica” (estalinismo maoísmo, hochímismo, etc.), muchos de esos “intelectuales armados” participaron de la consolidación, desafortunadamente no de la “clase trabajadora” como la única clase, sino de la emancipación y consolidación de ese clase del 1%  (Las familias monárquicas, burgueses en el sentido que hoy le damos al término, y principalmente la raza  judía, en suma, la aristocracia y no en el sentido platónico, situados en Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Francia e Israel) como la verdadera Clase Dominante, y la aparición del método de la Globalización para la masificación de los medios de comunicación que auparon al Hombre Universal, todo para la perpetuación del Sistema de Explotación Dominante Mundial.

Las redes sociales virtuales, tipificada adecuadamente como “redes”, que tienen esa función de atrapar, de poner al sujeto en un deslizamiento perpetuo, infinito, un link te lleva a otro link, sin la posibilidad de detenerse y asumir un comportamiento crítico, como en las grandes corrientes que circundan los mares, arrastran hacía un centro siempre la basura que se acumula, atrapado el hombre en una esquizoide pública, los grandes mass medias vienen a ser esa redes sociales virtuales, las herramientas de control y dominio, ahora multiplicadas exponencialmente dejando a los demás medios con una influencia delimitada, coma la televisión y la radio. 

Las redes sociales virtuales, principalmente Facebook determinan el contenido a consumir de la mayor población del mundo, por cierto, el creador de la plataforma Facebook, Mark Elliot Zuckerberg, de origen judío alemán, es el instrumento más sofisticado de control y dominio, es usado por la casta del 1% dueños del mundo, quién le toca hacer el trabajo sucio, de manipular las mentes de los hombres de la tierra a favor del statu quo, e incluso determinando hasta “los actos revolucionarios”, como la primavera árabe, hecha a través de convocatorias a través de ese medio de dominio, o verle censurar al mismo presidente del poderos Imperio cuando éste constituye un peligro a la hegemonía del imperio yanqui. En suma, pasamos del control a través de la fuerza de la bota militar del Imperio, a un entramado de complicidades, sobornos, corrupción de grupos de testaferros representantes de la oligarquía mundial en todos los países, hasta el control esquizoide de las redes sociales, que embotan en una aparente libertad que más bien parece libertinaje sin cuerpos, donde hasta el amor sucumbió y la piedad tétrica se hace sin la presencia del sujeto en lo real.   

Si hoy esos ingenuos “intelectuales armados” pudieron presenciar nuestra época, se darían cuenta que hoy esas “monstruosidades” lucen empequeñecidos con la Solución Final dictada por el sofisticado Sistema de Dominio Virtual-Real que condenan a millones de seres humanos a la pobreza y muerte incluso antes de haber nacidos. Pero esa ingenuidad tiene que ver no tan sólo con la lectura equivocada y las limitaciones de nuestros intelectuales de la teoría social y pública de la naturaleza humana de no darse cuenta hoy que existe una Gran Gramática que crea su propia auto legitimación desde dentro, Sartre lo había anunciado, permitiendo la construcción de un metalenguaje que no es económico sino el Poder Puro de ese 1% que detenta la gramática y el ordenador con que se construye los nuevos guiones de dominación. 

El mismo Althusser lo confiesa “nos hizo (refiriéndose a pequeña “monstruosidades”) hombres instruidos en la existencia de las clases, de su lucha y de su significación” ((Filosofía y Marxismos Althusser L. 1988)), pero también nos dejaron ver cómo los hombres ilustres creyeron en ese posible dominio de la Clase de las Mayorías llamada peyorativamente “Dictadura del Proletario”, y que las predicciones marxistas debían cumplirse a pie juntillas con el proceso revolucionario del materialismo dialéctico, pero no fue así. 

El temor de las predicciones marxista del dominio de las mayorías se convirtió en la confirmación de una Clase Dominante de las Minorías que sólo el olfato hitleriano lo había advertido, y caímos en la auto legitimación y auto equilibrio que la Gramática de esa Clase de las Minorías había escrito hace mucho tiempo y que fue germinando hasta alcanzar la adultez que hoy luce, sin que tenga que hacer alardes más que de zafarranchos de demostración de poder y de justicia social. 

El Guion Marxista era la única Gramática que hubiera podido competir contra la Gramática Genetista del 1%, que hoy es dueña del mundo, y que hoy descaradamente no tiene que inventar nuevos conceptos para auto legitimarse, y se presenta descarada, audaz e inhumana. Qué importa el hambre de millones de humanos en el mundo aun habiendo alimentos, qué importa los derechos humanos más que como retórica política y ad hoc, qué importa la pérdida de certeza de futuro de las nuevas generaciones humanas.

La política actual en México y un exhorto al vacío.

La calidad de la democracia se ha deteriorado desde hace mucho tiempo en México, o nunca ha tenido la suficiente calidad por la incapacidad de atajar las pulsiones narcisistas, egoístas e individualistas del propio hombre, que se deslizan en sentido contrario a la esencia de la democracia que es el sentido comunitario de pertenencia, la democracia entraña incorporar la diferencia sin anularla, pero esta diferencia no puede poner en peligro a la misma democracia, que implica pluralidad en orden, diversidad en la unidad, individuación en la totalidad, al final de cuenta, si educar tiene que ver con un acto comunitario que debe impulsar el desarrollo de los individuos en sociedad e incidir en un crecimiento público, estamos ante la era del fracaso de la democracia como el estadio más ordenador de la vida en sociedad, y por ende, del acto educativo para aprender a vivir en sociedad y fortalecer el lazo social. 

Es innegable que la discusión sobre la democracia real es un asunto que debe entrar en un debate permanente tanto conceptual como práctico, al igual, que el papel que ha venido desempeñado los poderes mediáticos en la democracia. Si bien podríamos pensar que estos debates son temas exclusivos de la arenga intelectual, y que le corresponden a los académicos e intelectuales hacerlo, esto no es así, ya que la democracia no es un estación de término sino de permanente movimiento de la vida del hombre en sociedad, por lo que no se puede pensar que sólo es una discusión académica sino también de comportamiento, actividad familiar, acciones cotidianas, cultura, en fin, de todo lo que implique formas de actuar y organizar la vida pública, de construir los espacios públicos para el diálogo y el debate; es decir, paralelo al debate académico, hay que ir acotando y haciendo a un lado todo lo que va en sentido contrario a la democracia.

México vive una transición democrática, que llanamente significa el tránsito de un régimen de simulación democrático hacia otro de auténtica democracia, un momento histórico que se le ha denominado la 4ª Transformación de México, y tiene que ver que antecedieron tres momentos de inflexión en la historia de México, la Independencia, la Reforma, y la Revolución, los tres grandes movimientos sociales ocurridos en México que hicieron transitar a México de “forma violenta” de un estadio de cosas a otro totalmente diferente: la Independencia, de la servidumbre a la península Ibérica a la autonomía, y el intento de construcción de un Estado propiamente mexicano; la Reforma, que establece la secularidad de las instituciones públicas y el gobierno, es decir, la separación entre el Estado y la Iglesia, y el fin de la dictadura de Santana; y la Revolución, un movimiento violento que pone fin a la dictadura de Porfirio Díaz e instaura un “sistema democrático”, este último movimiento se degeneró y terminó por instaurar una especie de “dictadura perfecta” del sistema presidencialista mexicano.

Desafortunadamente parece que esa transición adolece de memoria histórica, en el sentido que los hechos históricos por muy evidentes que pareciera, en ocasiones se olvidan que si analizan podríamos darse cuenta que México no vivía en una verdadera democracia, donde el poder público respondiera a los intereses de las mayorías y del bien común, sino todo lo contrario, servía la democracia para legitimar un régimen de corrupción y de beneplácito a los interese privados del poder fáctico. Hay pues en esa transición o hito histórico una lucha permanente entre los poderes fácticos que quieren volver al pasado status quo y los que asumen la postura de construir un estadio político democrático verdadero y las condiciones institucionales, conceptuales, y culturales de un verdadero comportamiento social democrático. 

El escenario estrambótico actual, nos deja desafortunadamente ver lo lejos que estamos de un auténtico debate democrático y una praxis que nos encamine hacia una auténtica democracia, escenario que representa un petición de principio, puesto que se necesita una democracia verdadera para llegar a establecer una democracia verdadera, por eso digo, que el debate no tan sólo es intelectual y académico, sino también práctico, por lo que debe corre paralelo al debate académico e intelectual sobre la democracia, la praxis que debe apuntar a la reordenación de las conductas, formas, y denuncias de elementos que se infiltran pareciendo un aparente fortalecimiento democrático, y que no son más que formas encubiertas para infiltrarse en el juego del poder público, contraviniendo el auténtico debate democrático. 

El escenario político en México a partir de la pérdida del poder público de la vieja y degenerada clase política, y la llegada al poder público de Andrés Manuel López Obrador, a finales del año 2020, se divide abiertamente en dos frentes, por un lado, un bloque opositor new oligárquico, representado por una alianza de los dos otrora grandes partidos políticos PRI y PAN, se suma a ésta alianza opositora un partido remanente de la corriente democrática que vivió el PRI en los años ochenta, el PRD, antes de esa alianza sui generis, paradójicamente el PAN y el PRI eran los grandes enemigos políticos, competían y se revelaban el poder público en los últimos 30 años. Podemos decir  que esa alianza confirma lo que ha venido diciendo y señalando el presidente obrador que son la misma cosa, que representa una misma naturaleza perniciosa e incapaces de asumir su mea culpa en la crisis pública que vive México, así mismo, se suma a esa alianza opositora, gran parte del poder mediático, encolerizado por la pérdida de los privilegios y del presupuesto que recibían del pasado régimen, y por último, podemos percatarnos que esa alianza es promovida abiertamente y auspiciada por los poderes fácticos del poder económico, quienes siempre utilizaron a la política y a los políticos, particularmente, a esa clase política en franca degeneración para mantener sus riquezas e incrementarse, por eso vemos como México terminó siendo un país con esos pocos “hombres de negocios” que ostentan actualmente más del 50% del PIB, y una inmensa mayoría, distribuida en pobres y clase media incipiente, revelando con esto, la nula justicia social y la repartición democráticas de las riquezas en la historia reciente del México postrevolucionario. 

El otro frente, es el que encabeza el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, pese a formar parte de esa corriente democrática al interior del PRI fue consolidando y representando la alternativa del hartazgo del pueblo mexicano al anterior régimen, apoyándolo para un triunfo abrumador en las elecciones presidenciales de 2018, viene hacer entonces, Andrés Manuel López Obrador, quien representa la esperanza de consolidar esa transición democrática, y quien libra una cruenta lucha contra el bloque opositor, quienes desafortunadamente aún no entienden, que el único escenario válido para la lucha política es aceptar la transición democrática y la perspectiva de construir un nuevo régimen democrático, transparente y eficiente para enfrentar la grave crisis pública que vive México.  

La posición de AMLO, muchas veces incomprendida y a veces ignorada y poco aprovechada, incluso por el mismo bloque opositor new oligárquico, tiene que ver con la coherencia democrática y con su responsabilidad de consolidar esa transición democrática y restituir la funcionalidad pérdida del estado mexicano y sus instituciones por la cultura política de la simulación que practicaba el antiguo régimen, desaprovechada, porque el papel de AMLO no puede ir más allá de conducir a México hacia ese nuevo régimen democrático verdadero y no para perpetuarse en el poder como lo intentan hacer ver el bloque opositor new oligárquico, así mismo, tiene que ver con revertir la pirámide poder presidencialista, por lo que tal coherencia democrática le impide ser juez y parte, por eso es un grave error del bloque opositor actuar electoralmente, y no sumarse a consolidar la transición democrática necesaria si se quiere enfrentar y resolver los graves problemas que laceran la vida en sociedad de los mexicanos y las mexicanas, y darle viabilidad a México como una nación autónoma y autosuficiente. 

El bloque opositor new oligárquico (vieja clase política, PAN-PRI-PRD, poder mediático y poder económico) no pueden continuar actuando “como si no hubiera pasado nada”, y pensar y seguir usando la fallida estrategia política, y subestimar a los mexicanos  con el discurso acusador que los males de México son por creación espontánea en los últimos dos años, y que estos dos años resumen la historia de México, esto ni les sirve ni les servirá como estrategia al bloque opositor, al contrario, ha servido para verlos sin argumentos y sin proyecto de país alterno.  

Un bloque opositor que no ha entendido que aceptar la transición democrático es un terreno imprescindible no tan sólo para construir una democracia verdadera y un estado de derecho y una cultura democrática; sino también para legitimar la competencia electoral, donde presentar proyectos alternativos de país y de hombre, y competir legítimamente por el poder público, comprendiendo que la democracia es el debate de las ideas y no el insolvente marketing político que hizo de la política una transacción mercantilista, y no el arte de buen gobernar para la comunidad y el bien común, el mercado no corre paralelo a la política como se ha intentado establecer, al contrario, la política debe determinar al mercado, que es donde realmente se distribuyen las riquezas de un país. 

La necesaria aceptación del lugar común (la transición democrática) para el debate y la contienda electoral puede tener su fracaso a priori, y sería abrirle el camino a exacerbar la polarización política, y sin exageración, estar en la antesala de la violencia como instrumento para el cambio social y político: 

Uno, porque no existen actores políticos opositores reales, sino representantes políticos del poder económico apátridas, sin ética alguna que no dudarán en provocar violencia con tal de hacer fracasar al 4T.

Dos, porque vivimos una severa crisis del sistema de partidos políticos en México, particularmente el otrora bipartidismo PAN y PRI fueron utilizados por mucho tiempo sólo en las contiendas electorales por el poder económico para mantener el statu quo, reflejando un insano contubernio entre el poder económico y la clase política, situación que causó el deterioro de esos partidos políticos, y, por ende, del sistema de partidos políticos. 

Una manera de probar ese mal uso que hizo el poder fáctico de los partidos políticos PRI-PAN, fue como al principio del nuevo régimen Obradorista, al ver que no podían usar a lo que quedaba del desprestigiado bipartidismo PRI-PAN, el poder económico no dudó de hacer uso de figuras de organización social, como las Asociaciones Civiles, y montaron por un tiempo, un ominoso y patético frente opositor anti-AMLO, con el nombre de FRENA, e intentaron desbancar al actual de gobierno con marchas insípidas y plantones fifís en plena pandemia sanitaria del coronavirus, para posteriormente abandonar tal proyecto y a sus esbirros, e impulsar otras figuras supuestamente sociales para continuar haciendo la guerra sucia contra AMLO, hasta terminar hoy día con la desnaturalizada alianza opositora PRI-PAN-PRD para volver a competir electoralmente este año 2024 por el poder público, y volver a utilizar a los partidos políticos como instrumentos para auparse de nuevo cerca de las arcas públicas y los jugosos negocios. 

Tres, también podremos sumar a esto como, lamentablemente, los que dirigen esos partidos políticos PAN-PRI-PRD se niegan a transitar hacia la democracia y mucho menos a aceptar la responsabilidad histórica en el deterioro de sus mismos partidos políticos, y principalmente, de la crisis pública que vive actualmente México. 

Aunque las cortinas de humo y el poder mediático e intelectual corrompido traten de hacer ver todo lo contrario, la regeneración del poder político está de lado del bloque opositor oligárquico, ya sea para bien o para mal, está en sus manos para bien, si se incorporan a la transición democrático, y esto no implica desaparecer o fundirse, sino presentar y competir con un proyecto de país alterno y dejar la guerra sucia que no se han dado cuenta que no es contra AMLO sino contra México, son ellos que por más de 30 años tuvieron el poder, incluso gozaron de tiempos donde no habían pandemia ni crisis económica, particularmente, el período de Vicente Fox, donde los precios del petróleo se dispararon y hubo con qué cambiar el destino de México, y que encabezó, desafortunada, una frustrada transición democrática; y para mal, porque su irresponsabilidad de luchar por el poder por el poder puede llevar a México a una situación peligrosa y sin retorno, impidiendo hacer una 4T pacífica y no violenta. 

La desviación histórica.

La crisis pública que vive México tiene que ver con una desviación histórica de los fines de la revolución mexicana, y que se dio durante las últimas tres décadas o quizás un poco más, y que no todo el pasado fue ominoso, y que no todos los personajes de la historia postrevolucionaria fueron pillos y corruptos. 

Pese al asesinato de F. I. Madero, se fue construyendo los pilares del estado moderno, incluso, el PRI vivió períodos importantes de debates ideológicos y transformaciones políticas, aunque no fueron suficientes para asumir un espíritu democrático, basta con recordar los inicios de la liga de comunidades agrarias y sindicatos campesinos con todo su discurso de izquierda, y posteriormente, la demanda de inclusión y de democracia de la “corriente democrática”, y me refiero al PRI porque es el partido político quien tuvo esa responsabilidad histórica de poder construir un mejor México que se dibujó con los ideales de justicia social de la revolución mexicana, y se desdibujó por la praxis perniciosa con el arribo de los tecnócratas encabezados por el innombrable e impune Carlos Salinas de Gortari, que embebecidos por la luces de la globalización y el sueño americano, prefirieron el dólar a la igualdad y la democracia para el bien común de los mexicanos.  

El peligro actual de México.

La situación de la política no luce ni fácil ni halagüeña, y si peligrosa y mortal: 

Si no retomamos los cauces democráticos y de civilidad.  

Si no se acepta el contexto necesario de un debate conceptual y praxis de la democracia. 

Si no se acota el terrible y peligroso papel del poder mediático, y que asuman el fundamental e ineludible papel en la construcción de una democracia verdadera en México. 

Si no se acepta la transición de la democracia entre propios y extraños, y me refiero, a los aspirantes a relevar prematuramente a AMLO, al bloque opositor PRI-PAN-PRD, al poder mediático, al poder económico, al poder religioso, en fin, a todos los principales actores de la vida social de México. 

Si no hacemos entender al poder fáctico (económico) que su praxis en defensa de sus intereses personales puede llevar a México a una situación muy peligrosa para la convivencia pacífica entre los mexicanos, y que mejor le conviene un estado democrático auténtico donde la libre competencia económica sea limpia y transparente, y no dependa del contubernio con el poder político como ha sucedido. 

Si no hacemos que el bloque opositor asuma la democratización de sus partidos políticos, el relevo generacional y la sana distancia con el poder económico. 

Si no se entiende y se acepta el papel de responsable de esta transición democrática que representa nuestro presidente de la república. 

La primera transformación de México sin violencia.

México está ante la posibilidad de regenerar la política y hacer un cambio social y público sin violencia y pacífica, y apostar a que sea la misma política el instrumento público que nos dé la posibilidad de un cambio sin dolor. Pero también hay que tener cuidado, porque el México bronco puede resurgir por la avaricia, la ambición de la clase política que se niega a perder sus privilegios y el poder, y continuar usando la política como un instrumento para intereses privados, esa clase política sin escrúpulos que no ha dudado en utilizar todos los medios posibles para hacer fracasar la 4ª T, aun poniendo en peligro la convivencia social y la seguridad de los mexicanos. 

Es el momento de suscribir un Pacto Moral y de Civilidad no tan sólo entre los gobiernos de los estados sino también con los empresarios, el clero, y los principales actores públicos, para garantizar una competencia electoral democrática limpia y transparente este 2 de junio de 2024, donde se van a elegir la Presidencia de México, Diputados y Senadores Federales, Gubernaturas, Congresos locales, presidencias municipales, y que sean elegidos los mejores hombres y las mejores mujeres, las mejores propuestas para salir de la crisis pública que hoy vivimos, y podamos transitar hacia un nuevo régimen en la pluralidad y la democracia.  

Desde las ciencias políticas e históricas hay que leer bien las coordenadas conceptuales de la crisis social, económica y pública que vive el Estado mexicano y sus instituciones, así que primero hay que observar que recuperar la Funcionalidad Institucional del Estado mexicano, lograr una auténtica División de Poderes, un Sistema democrático de Partidos Políticos, y fundamentalmente, que La Política y La Democracia sirvan como instrumentos de la res pública para la igualdad, el progreso, la libertad y el bienestar de los mexicanos, no significa la 4ª Transformación de México, significa llanamente retomar la funcionalidad del sistema democrático y del Estado mexicano pérdida en un escenario de obsolescencia y decadencia de la política y de la clase política mexicana, por lo que, hoy vivimos los mexicanos una disyuntiva, o bien se impone la vuelta a una praxis política que venía funcionando fuera de los parámetros legales y democráticos, cimentada en la vorágine pulsional individual narcisista del poder unipersonal que ejercía el todopoderoso y omnipresente sistema presidencialista, o bien, realizamos una real transición hacia la democracia y aguantamos los últimos estertores del viejo sistema político que se niega a fenecer.

Todavía no hay 4ª Transformación de México, lo que sí está ocurriendo, y lo encabeza ejemplarmente, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, es una Revolución Moral y de la Esperanza, Revolución de la Ejemplaridad en el proceso de restituir la normalidad pérdida de la funcionalidad Institucional del Estado Mexicano.

Si bien es cierto, el diagnóstico monotemático es correcto, la degeneración de la res pública es la corrupción, y restituir la funcionalidad pérdida del estado mexicano y sus instituciones un asunto principal del gobierno de la república y de todos las y los mexicanos, porque simplemente el poder público estaba y está atravesado por intereses privados de grupos, también es cierto, que eso no es suficiente para hablar de una 4T y mucho menos de una reivindicación de los fines perdidos de la revolución mexicana, puesto que se necesita, como lo he dicho, que haya una verdadera democracia donde el pueblo mande, y el gobernante mande obedeciendo.

Sé que esto no es fácil, porque estamos hablando de revertir un sistema político global, donde la pirámide del poder público es vertical y omnipresente en todos los asuntos públicos, y que la historia mundial se fue construyendo en base a esos proceso de globalización política y económica, aunque, principalmente, la crisis sanitaria del coronavirus, la crisis económica y geopolítica, y anexamos la crisis de sostenibilidad y sustentabilidad que conlleva la crisis energética mundial, están obligando a repensar ese marco conceptual de lo público y el concepto del hombre.

Así que pensemos que el intento de hablar de una transformación (revolución) en México, tiene que ver con analizar y responder a cómo fue posible la degeneración de la política y de lo público, por lo que las simplezas no nos ayudan, hablar de cultura, psicología, naturaleza, etc., esto no nos sirve si no podemos contextualizar lo que ha sucedido, lo que está sucediendo, y hacia dónde vamos y qué debemos hacer para que “lo nuevo” sea mejor que “lo viejo”.

La pirámide del poder presidencialista. 

Si hacemos una línea en el tiempo, podremos decir que del periodo post revolucionario, en la mitad de ese tiempo se construyeron las instituciones sociales y políticas para organizar la vida en sociedad de los mexicanos, y la otra mitad, fue el periodo demiurgo y oscurantista que hicieron que la política y el Estado mexicano, su funcionalidad, estuviera yuxtapuesta a los intereses de una clase política, y para ello, esa clase política iba construyendo mecanismos y entramados de complicidades para mantener el poder público y un cierto equilibrio, mecanismo que hacía funcionar las instituciones públicas y al mismos Estado ad hoc de los intereses de esa clase política, clase política que paulatinamente se fue deteriorando y gangrenando por un relevo generacional sin “oficio político” (y entiendo por “oficio político” la capacidad de esa clase política de mantener un equilibrio entre los intereses públicos con los personales), que destruyeron toda capacidad de legitimación e interlocución con la ciudadanía. Es indispensable entender que esa cultura de la simulación, y esa superestructura de poder que estaban por encima de la funcionalidad de las instituciones públicas y del mismos Estado Mexicano fue lo más grave que hizo esa clase política, porque prácticamente el Estado Político, las instituciones públicas, y el estado de derecho fueron secuestrados y dejaron de funcionar con autonomía e imparcialidad, propiamente el Estado y el poder público era un asunto personal, por lo que el reto es mayúsculo del nuevo Gobierno de la República, puesto que lo que está haciendo es Restituir la Funcionalidad Institucional del Estado, ni siquiera estamos en la antesala de hacer políticas públicas, porque todo las redes institucionales del estado mexicano estaban corrompidas y funcionaban de acuerdo a los intereses de esa mafia en el poder, y esto no es poco cosa, puesto que tenemos que tener Instituciones públicas funcionando correctamente para que podamos hacer políticas públicas que realmente resuelvan los graves problemas que vive México.

Hay un tiempo trascendental de acento en la historia postrevolucionaria de México, a partir de que se instala “la dictadura perfecta” o “la democracia de la simulación”, la clase política mexicana logra perversamente mantener el poder a partir de un supuesto equilibrio entre sus intereses privados y los públicos, y una red de complicidades.

El periodo post revolucionario creó un poder público piramidal, vulnerable y propicio para el deshago de los apetitos, se suma a esto, la estructura psíquica de masas del mexicano necesitado de una figura parental mágica, y la tradición prehispánica del gran Tlatoani, omnipresente, omnisciente, que se mimetizó en los asuntos de la res pública, incluso como una normalidad cultural, pública y psíquica, por lo que todo intento de una transformación pacifica, también la podemos nombrar “revolución”, tiene que pasar por restituir la funcionalidad del Estado mexicano y sus instituciones, y consolidar una la cultura de la transparencia, legalidad, honestidad, y ética con que deben conducirse los que gobiernan y los políticos, pero también, los empresarios y los ciudadanos, a partir de ahí, creo que vamos a poder construir un nuevo modelo político que fortalezca una democracia realmente participativa e incluyente en el acto de gobernar, y un sistema de partidos con diferencias ideológicas y políticas que contribuya a la división de poderes, y no como una formalidad de la teoría política, sino fundamentalmente, educando a su militancia y simpatizantes en las cuestiones de la polis y de la sociedad, educándolos en la cultura de la higiene social, la solidaridad y la paz.

La mejor forma de nombrar éste momento histórico que vive México, es señalándolo como una reivindicación de la revolución mexicana, una corrección del desvío histórico de sus fines, puesto que no logró sus propósitos ni ideales de justicia social, ni honró la sangre derramada por miles de mexicanas y mexicanos, degenerándose durante el periodo de retroceso post revolucionario, el punto histórico de inflexión lo podemos ubicar en el asesinato de Francisco I Madero, en una dictadura democrática “perfecta” de simulación y corrupción, práctica de la clase política que se ha vivido con una pasmosa normalidad, “el que no tranza no avanza”.

La contribución de AMLO al mundo: secularización del poder público.

Desmitificar al político y la política no debería ser un acto ni heroico ni de una profundidad académica, debería implicar normalidad a secas; asuntos humanos por humanos, por lo que viene bien para estos tiempos de añoranzas de estereotipos, sujetos ideales, y héroes, hablar un poco de la carencia de esos yo ideales o ideales del yo, carentes de defectos e imperfecciones, omnipotentes, omniscientes y trascendentales, estamos en tiempos de sequías, de voltear y ver al otro y no tener referentes ideales con que compararlos o buscarles semejanzas.

Otrora en casi todas las actividades humanas había estereotipos de humano ideales, incluso podíamos encontrarlos en los lugares más lúgubres y encontrarlos, en los lugares más excelsos y encontrarlos, la música, el deporte, en la ciencia, en la literatura, en la guerra, en la política, en la historia, etc., incluso podríamos decir que sobraban, y hoy vivimos escases y un pasmosa neurosis pública y privada, los trascendentales se cayeron como se cayeron "los ídolos con pies de barro".

El padre del Edipo freudiano luce pobre y débil, a Homero Bart le llama Homero, su función de reflejo de la ley y evitación de la tentación opera cuando le da la gana al hijo, la idealización del padre compite contra la esquizofrenia del mundo alucinante de las autopistas infinitas de la internet; incluso, el cuerpo perdió su lugar privilegiado de la concupiscencia y la idolatría, no sé cómo podría nombrársele a un movimiento contracultural en estos tiempos cuando no hay cultura sólida, cuando Heráclito asumió el reinado de la verdad y de la realidad, porque tan pronto cuando "sentimos ser" "dejamos de ser"; "amor y paz" bien podría ser sustituido por el título de una novela de Dostoievski, "crimen y castigo", y vivir el infierno en el acá, y vivir en paraíso en el acá.

El hombre a lo alto de la pirámide evolutiva del reino animal se desbarrancó, y ahora se le puede ver en lo hondo del barranco magullado, golpeado, y siendo pateado por un microorganismo, que de vez en cuando lo agarra del cuello, lo levanta y le propina algunas bofetadas para espetarle, ¡estúpido, no que eras el rey!, ¡con tu ciencia, con tu moral de esclavo y de amo, con tu educación!, ¿todavía no sabes hacia dónde te diriges, ni quién eres?

Pero todavía nos resistimos a derribar definitivamente a nuestros ídolos, las luces de la libertad nos han enceguecidos, y como bien dice Plató, queremos volver a la caverna para ver a las imágenes como lo real y lo verdadero.

Todavía nos resistimos a aceptar un mundo sin héroes ni dioses, ni ídolos ni místicos; al hombre le quedó grande el mundo, a la Ciencias le quedó grande Dios, a Dios le quedó grande el hombre, y el hombre tiene que volver a vérsela con los "enigmas del mundo, de dios, de la ciencia, y de él", pero ahora debe ver que no hay hechos morales ni verdades en el mundo, que no somos diferentes que la physis, que juntos formamos una armoniosa discordante, que juntos ahora somos y ahora no somos.

La caída de los ídolos se ha dado de forma gradual, hasta llegar a estos tiempos en que sólo queda un pequeño tufo que estuvieron por acá sin ser vistos, y creemos reconocer en alguno que otro mortal el semblante eterno de la perfección, nos duele ser una época de bastardos, que el Edipo haya muerto no el hombre ni dios, fue el Edipo el difunto, y con él la ley y el orden humano, y con él el hogar seguro, ahora tan sólo deambulamos sin rumbo fijo, y cualquier idiota y estúpido nos puede engañar por un momento que es perfecto y que es nuestro padre.

Que patético lucimos, no tan sólo ontogenético sino filogenético, la especie humana, la gran familia su inteligencia está atrofiada no sabe cómo dejar de ser platónico, aristotélico e ilustrado, la posmodernidad lo dejó atolondrada sin rumbo, y confundida, y los nuevos sabios lucen por su ausencia; ni los mitos, ni las alegorías, ni los cuentos de cuna, ni los jolgorios nos confortan, ni nos hacen la espera de la caída del lenguaje menos violenta.

El terreno de la política y de los políticos luce bombardeado, con muertos por doquier, un campo hecho polvo y con piltrafas humanas, aun queriendo lucir ideal mudos se presentan por la carencia de un lenguaje que hable de "la cosa" y nos emocione intelectual y humorísticamente, en otros tiempos, la lucha por ser del primer mundo emocionaba a los aprendices de amos, en otros tiempos, el discurso y la oratoria hacía estragos en nuestra cordura, y los profesionales de las emociones nos atrapaban, ahora todos lucen mudos y con sorderas incurables.

No sé si saldremos sin violencia de esta caída, de esta transición hacia una nueva era, y si la era de la estupidez es nuestra era eterna; no sé si vendrán los nuevos oráculos hacerse cargo de nuestra adultez fracasada, y si podremos volver por el mismo camino una y otra vez hasta "que lo irremediable venga a buscarnos" (Savater), no sé si exactamente eso que ahora nos podemos dar cuenta que somos es destino y no un lugar provisional, que al optar por Parménides en lugar de Heráclito se escribió la historia del hombre en su totalidad.

Lo que sí sé es que nos cuesta acostumbrarnos al devenir, a lo pasajero, al lugar común, al hombre común, pues hasta ahora nos dimos cuenta de que los políticos son de carne y hueso, y no nuestros padres idealizados; ni los poderosos magos del verbo divino, ni los sacerdotes de la secularidad con quienes hacernos confesar; y esto no es privativo de nuestras latitudes, de nuestro México, forma parte del proceso de la construcción de la subjetividad de todas las latitudes.

Antes en México, había un día cada año de sus seis años, en que el Tlatoani (presidente de la república) nos permitía verlo, tocarlo, oírlo e incluso orar, era un espectáculo el informe del gran Tlatoani, recorría con su descapotable las calles de la capital del país para que sus súbditos y esclavos les rindieran pleitesías, igual en cada rincón del mundo, los políticos han sido y son vistos como una clase de humanos diferentes.

Así también la visita del "señor presidente" era motivo incluso de ocultar las carencias con una buena repintada y una fastuosa fiesta de bienvenida, su extensión o su representante, o su tentáculo se encargaba de los preparativos procurando la mayor perfección, aunque después del evento, todo volviera a "la normalidad", a la verdad ocultada, la pobreza, el hambre, la marginación, la violencia, la hipocresía, etc.

A ese México estábamos acostumbrado, al de la simulación, al del equilibrio entre los intereses privados con lo público, a la simulación de hacer que se hacía y no se hacía, a ese mundo de la representación, hasta que "lo real" nos escupió a la cara, la muerte llegó a nuestras puertas, antes la violencia era en Juárez, Tijuana, los estados del norte colindantes con el otrora imperio del norte , ahora es todo el país, antes la pobreza era el México del sur, ahora todo el país, en fin, que la pobreza, la violencia y la marginación y otros males alcanzaron a casi todos los mexicanos directa e indirectamente, y decidimos un cambio, una 4ª transformación.

Pero principalmente secularizamos el poder público y no nos hemos dado cuenta, y no pasamos de un ídolo a otro, ni de un héroe a otro, ni de un político místico a otro, ni de un demagogo a otro, y ese es la gran aportación que México está haciendo al mundo, y a veces creo que no nos hemos dado cuenta.

Las resistencias no tan sólo son políticas sino también psicológicas. El procesos de construcción de nuestra subjetividad que tiene que ver con la interdicción del ideal del yo y/o yo ideal, que gravita sobre la función parental en sus funciones de evitación, castración y ley, propiciando la individuación de cada uno de nosotros, aunque restan identificaciones parentales que se mantienen por el resto de nuestras vidas, es decir “el otro” nunca pierde vigencia, se mantiene como una suerte de confirmación de nuestra identidad y como una fuente de consciencia de sí, esto nos lanza a la vida psíquica siempre en una búsqueda de identificaciones, de ahí, que las idealizaciones no tan sólo tenga que ver con el investimento libidinal “al otro” tanto de forma individual como colectiva. No nos podemos darnos cuenta, hasta que ocurra el proceso inverso, y caiga el ideal dejando “al otro” en la vulgarización con tachaduras y sin la perfección, hay, por lo tanto, un efecto de amor en la política y el político, de enamoramiento y de decepción, de completud y de pérdida.

Resistirnos a que el político no tenga tachadura no es gratuito, dado que el político es la contraparte del amante personal en lo colectivo, quien puede sostener nuestra terrible levedad y nuestra pequeña telaraña simbólica que nos permite sostenernos en el mundo con un sentido colectivo, sino lo que significa el político, emulo del padre en lo real.

Permitir la descensión del político, del gran Tlatoani misericordioso, verlo descender y darle la mano a los mortales, al pueblo, era visto como si fuera una excepcionalidad de la normalidad, exactamente ver al político o al rico poderoso sin esa halo ideal o divino, es desmitificar, secularizar, y quien lo ha hecho desde que comenzó a gobernar, es el propio presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien inició un proceso de desmitificación de la política y de secularización, bajo a la política y a los políticos al mundo real del que se habían desprendido.

La imagen del presidente inmaculado y perfecto, cuasi Tlatoani quedó en el pasado, ahora se le puede criticar, mirarlo a la cara, ya no hay toda la comparsa alrededor de él, se ha mantenido lejos de la tentación del poder, es el primer presidente que habla de "mandar obedeciendo" como lo escribe Enrique Dussel en la introducción de 20 tesis de política, incluso, se le puede insultar, cosa que ha sucedido de sobremanera y de forma despiadada, inédito en la historia de los presidentes de México, y es que cambiar el statu quo, ha golpeado a interese

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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