Buen día apreciado lector:

Todo iba bien en el Poder Judicial hasta que concluyó el sexenio de Alberto Sosa Hernández.

Después la que fue una institución de respeto. ha venido de escándalo en escándalo.

Hasta Joaquín López Dóriga participó en el show posterior; la denuncia que le promovió desde su admirado espacio noticioso ocasionó tal escándalo, que al final condujo a su destitución y muerte.

Era la primera presidenta del Poder Judicial de Veracruz, la muy honesta y muy competente magistrada Sofía Martínez Huerta que en paz descanse.

Ella, con su conducta, supo rodearse de muy buena fama. No podía tolerar deshonestidades. 

Luego llegó a Presidencia otra mujer. Se hizo bolas y dejó un soberano enredo.                                                                                                                     Ahora ha llegado a la Presidencia otra mujer, la tercera en fila, Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre y dicen que ella si sabe cómo hacer bien las cosas, que es decente y si sabe que la ley, ¡es la ley!

Y tan lo sabe, que la semana pasada otro periodista de grueso calibre como Ciro Gómez Leyva dio entrada en su mañanero, al papá de uno de los cinco muchachos asesinados hace siete años en la zona de Tierra Blanca.

Quería ser escuchado por las nuevas autoridades del Tribunal Superior de Justicia, en Xalapa y criticar la lentitud con la que en el pasado se tomó el caso.

Hace unos días, Ciro Gómez Leyva de nuevo abordó el tema. Pero vaya sorpresa, le dio entrada a la misma persona de Tierra Blanca, solo para escucharlo a nivel nacional, hablar maravillas de la nueva Presidenta, para decir que ella misma le llamó y les ofreció la atención inmediata.

Después se supo que su atento Secretario Particular David Cardeña Ortega –que me hizo recordar al siempre muy atento, servicial y eficiente Cristóbal Roa Hernández, quien durante muchos años ocupó ese relevante encargo– fue enterado y de inmediato lo comunicó a doña Liz y ésta, a su vez, hizo lo conducente.

No se trataba de buscar reflectores sino de atender un reclamo público. La señora hizo lo correcto.

Y vaya que deja una grata impresión y renace la esperanza de que ahora sí, en adelante tendremos un Poder Judicial que verdaderamente imparta justicia como lo quería Ulpiano.

Tenga paz y armonía en su hogar. Cuide el agua y las plantas, el clima se está transformando en Xalapa. ¿Ya se dio cuenta?

gustavocadenamathey@hotmail.com