Hola, estimados amigos lectores, hoy deseo compartir con ustedes la historia de una persona muy especial a la que quiero y admiro mucho.

Su nombre es María Teresa Argüelles Vara y al igual que una servidora, es una escritora con discapacidad.

Conocí su experiencia a través de las redes sociales hace dos años aproximadamente; enseguida hice caso a mi intuición y la contacté en su perfil de Facebook.

Aunque no tenemos comunicación constante, desde esa fecha he seguido su trabajo, sus aventuras, travesuras y las situaciones difíciles por las que esta joven extraordinaria y su familia han pasado.

Es por esto que considero necesario hablar de ella esta semana, esperando que todo el que lea esta nota, vea en esta guerrera, un ejemplo más a seguir.

El diagnóstico de Marytere es Síndrome de Lennox de origen desconocido (idiopático). Es un padecimiento epiléptico que causa daño motor.

Me cuenta que pasaron varios años  antes de descubrir que podía leer, escribir y comunicarse a través de las letras; y en ese tiempo su vida era fantástica, pero no era suficiente. Marytere vivía para hacer ejercicios día y noche.

Con la llegada de su hermana menor todo cambió. Con ella aprendió a leer y escribir de lo que sus papás practicaban con ella y de los miles de videos educativos que le ponían.

Marytere extrañamente tiene recuerdos desde bebé y una comprensión de las cosas que aún ni ella misma se explica  cómo es posible, además  de una inteligencia privilegiada, los cuales a pesar de no poder expresarse verbalmente, le permitieron pasar años sólo observando y aprendiendo.

Sé por palabras de esta valiente jovencita que eso era frustrante y desolador; sin embargo, vivía llena de amor, cuidados y los mejores terapeutas.

A estas alturas aparte de terapias médicas, empezó a recibir “terapias de vida real,” como ella las llama. Es decir, se subía a los columpios, la resbaladilla, el carrusel y todo lo que hace cualquier niño.

Fue aquí cuando Marytere empezó a darle muestras a su madre de que la entendía, pero tardó en creérsela porque la sentencia de un diagnóstico le decía a su “yo interno” que estaba alucinando, que no era posible.

Marytere y su mamá fueron persistentes. La pequeña seguía dándole señales, hasta que un día se le ocurrió a la señora, pegar unas letras en la pared de su casa con la idea de enseñarle a leer y escribir.

Mi amiga sin duda fue la más feliz al tener esas letras frente a ella, pues una puerta a otra dimensión se abrió.

Al igual que yo, Marytere camina con ayuda, pero sus manos no tienen suficiente control y tino como para escribir en una tablet. Cabe mencionar, que ya tenía un método de comunicación muy básico en el que elegía de dos opciones que le daban, pero no tenía acceso a un abecedario completo. Fue hasta el 10 de junio de 2016 a la edad de 8 años, cuando pudo por primera vez escribir caminando de letra en letra “mama? me gustó mucho.”

Por supuesto que en ese momento la señora Teresa lloró y lloró de emoción al descubrir que su niña ya sabía leer y escribir.

Como se podrán imaginar, no fue fácil que el resto de la gente lo creyera también. En la escuela a la que asistía en ese entonces les dieron la espalda, porque ¿cómo iba a ser posible que ellos siendo especialistas en Comunicación Aumentativa y Alternativa, no se hubieran dado cuenta antes de la enorme capacidad de la menor? así que era más fácil tachar a la mamá de mentirosa y manipuladora de la verdad.

Pese a esto, la familia no descansó hasta lograr que Marytere pudiera hacer su primaria, porque hasta ese entonces solo había estado en escuelas de educación especial.

Por lo tanto, empezó a hacer la primaria en casa con una maestra que contrataron sus papás y con el sistema del INEA, pero no podía empezar hasta que tuviera 10 años, así que mientras tanto, estuvo aprendiendo sobre cualquier tema de su interés.   De esta manera fue descubriendo que tiene una gran facilidad para escribir.

Por increíble que parezca, una convocatoria para jóvenes escritores se cruzó por su camino, e inmediatamente Marytere dijo que deseaba participar.

Fue gracias a esto, que la mente maestra de Marytere creó el libro titulado “Hablar por los que no hablan." Este es un pequeño manual en el que expresa muchas y situaciones que vivió durante los años que no podía comunicarse; además de dar varios consejos muy acertados que todos deben poner en práctica al encontrarse frente a una persona con discapacidad física severa.

Debo confesarles que cuando leí ese pequeño libro quedé encantada, ya que describe exactamente lo que un niño o joven con discapacidad siente cuando los demás desconocen que aunque su cuerpo esté atrapado en una silla de ruedas, sus pensamientos, inquietudes y emociones son iguales a los del resto de los seres humanos.

En lo personal, puedo afirmar que la autora, cumplió con el objetivo de plasmar en esas páginas, lo que ella, yo y millones de personas hemos sufrido alguna vez sin poder decirlo a los demás.

Y espero de corazón, que todo aquel que tenga oportunidad de leerlo, obtenga de él una perspectiva nueva acerca “de los que no hablan."

Actualmente, amigos, Marytere tiene 12 años, acaba de terminar la secundaria después de aprobar un examen diagnóstico en el INEA, que ha sido la institución que le ha dado cobijo y todas las facilidades para ejercer su derecho a la educación. También asiste a “Pauta,” un taller de ciencias que apoya el talento científico en los niños.

Cuenta con un estado de salud estable, aunque suele ser muy susceptible a enfermedad respiratorias. El año pasado fue sometida a una operación de columna, para que en un futuro su condición respiratoria mejore al no estar presionado su pulmón por la escoliosis.

Tiene planes para publicar más libros pero ya no quiere que tengan que ver nada con discapacidad. Le gusta filosofar y crear sus propias versiones del surgimiento de la vida y el comportamiento humano. Ya ha escrito su segundo libro, pero aún no se ha publicado.

A través de su página de Facebook “Mi simpático intelecto” se mantiene en contacto con quienes han tenido el placer de conocerla de manera personal o virtual, y constantemente los motiva a seguir adelante con cada publicación que comparte.

Como se pueden dar cuenta, esta señorita tiene todo un camino por delante y una lista interminable de metas por cumplir; en la que está por demás decir, que el rendirse ante la adversidad, jamás va a ser opción. Sino todo lo contrario, encontrar día con día, razones para que… ¡ Viva la vida!