Comentarle mi apreciado lector (a) que hace aproximadamente nueve años, tomé la decisión de ser un seguidor de Jesucristo.

En otra ocasión, le comentaba que una vecina del Fraccionamiento Lucas Martín, la Contadora Rosario Morales, a quien de cariño decimos Chary, un día nos invitó a escuchar la palabra de Dios en su casa y nos gustó tanto que nos quedamos con ella; eso fue a través del reconocido teólogo, Armando Díaz Salazar, quien es Pastor de la Primera Iglesia Bautista de Xalapa.

El testimonio que le ofrezco sale a colación, porque a pesar del tiempo que llevo como cristiano, debo reconocer que no he leído la Biblia por completo; se que para un cristiano, esto es imperdonable y una de las decisiones importantes y cruciales que por X o Y razones, he venido postergando.

Otras de las cosas que he estado posponiendo, es la aspiración de reunirme con diferentes familiares que no he visto en años, así como con mis amigos y compañeros de la Escuela Primaria “Luis J. Jiménez”, la Secundaria “Sebastián Lerdo de Tejada”, mis amigos de la Preparatoria “Experimental” y de la Facultad de Medicina; debo decir que… por separado, hemos hecho planes que no han aterrizado, pero que mi mayor deseo para este 2017, es que se realicen.

Y usted apreciado lector (a), ¿qué decisiones cruciales ha estado postergando en su vida?

Comentarle que uno de los genios que admiro de la Biblia, es a Moisés. Moisés, nos enseña claramente cómo podemos resolver los asuntos que son cruciales para la vida, una figura importante para el judaísmo y el cristianismo donde se le reconoce por ser un excelente líder espiritual… un hebreo que creció como un príncipe egipcio.

Las referencias fundamentales acerca de Moisés se hallan en las Sagradas Escrituras; para el judaísmo y el cristianismo, Moisés es el hombre encomendado por Dios para liberar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y conducir el Éxodo hacia la tierra prometida; a Moisés se le atribuye el ser autor de los primeros cinco libros de la Biblia que a su vez, son conocidos como el Pentateuco.

Luego entonces, Moisés fue sin lugar a dudas, uno de los personajes más grandes de la historia. Un hombre con miedos y limitaciones, pues dicen los eruditos que el hecho de haber sido tartamudo, le creó una gran inseguridad, sin embargo, con todo y eso, Dios lo bendijo y usó su vida tremendamente. Moisés es en sí, el prototipo de ser humano que a cualquier persona le gustaría ser.

Usted lo vio en la pantalla grande y chica a través de una película que es inspiradora de gran fe como “Los Diez Mandamientos”, misma que fue interpretada de manera brillante por Charlton Heston, por tanto, Moisés fue un hombre fuera de serie.

Pero… ¿Qué hizo Moisés para que fuera tan bendecido y usado por Dios? ¿Qué tuvo que hacer para que su vida marcara la diferencia? Él tuvo que dar cuatro pasos cruciales en su vida; pero… ¿cuáles son estos cuatro pasos?

En la carta de Pablo a los Hebreos, una epístola de la Biblia, en su capítulo 11 y versículos del 23 al 27 de la versión Reina-Valera 1960, dice así.

23 Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey.

24 Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. 25 Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado.

26 Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.

27 Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible.

En ese sentido, ¿por qué rehusó Moisés a los privilegios de ser hijo de la realeza? Acaso, ¿no cree usted que esta pudo haber sido una tonta decisión? ¿Cuál es la decisión que hubiéramos tomado usted o yo?

Si tomamos en cuenta el versículo 24 de la carta de Pablo a los Hebreros, que dice que por la fe Moisés rehusó llamarse hijo de la hija del Faraón, luego entonces Moisés dio un primer pasó y tomó la decisión de ser él mismo, no lo que la realeza decía que él era; en ese sentido, para dejar de dar pasos en falso, debemos decidir quiénes somos, tenemos que ser lo que Dios quiere que seamos, no lo que nosotros queremos ser. Los padres de Moisés, le enseñaron durante su niñez que había un Dios, el mismo Dios de Abraham y eso lo recibió como una enseñanza eterna.

Es decir, que si no aceptamos lo que somos, no vamos a avanzar en la vida. A veces nos dejamos llevar por tratar de ser ricos a como dé lugar; pensamos que por nuestros estudios somos unos eruditos, entes superiores a los demás y eso nos llena de una gran soberbia. Los médicos dicen que curan y operan a los enfermos porque son unos superdotados del cerebro, sin saber y darse cuenta que únicamente son usados como un instrumento de Dios para poder sanar, es decir, el que único que sana a los enfermos es Dios. Dios es el dueño de la vida y de la muerte.

Cuántos de nosotros somos lo que nuestros padres quisieron que fuéramos; una hechura de papá y mamá. Desde el ángulo que se le vea, debemos tomar una decisión crucial y decidir ser lo que Dios quiere que seamos, no lo que nosotros queremos ser, de esa manera, el resultado será que dejaremos de estar estresados, y lograremos ser más plenos.

Moisés no quiso ni vivir, ni ser una mentira; Moisés fue, lo que Dios quiso que fuera y lo hizo por fe, no por su propia inteligencia. Él tomó la decisión de reusar a los privilegios de ser un hijo de la realeza. Hay que decirlo mi apreciado lector, si a veces no queremos dejar de ser lo que no somos, mucho menos dejaríamos de ser parte de una realeza que proporciona riqueza y poder; tengo que decirlo con humildad, es muy probable que yo hubiera decidido quedarme con la rica y poderosa princesa… ¿usted que hubiera decidido?

En ese sentido, ¿por qué preferiría Moisés el sufrimiento que el placer? Vea usted lo que dice Hebreos 11:25: “…Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado.”

La palabra prefirió, es poner las cosas en una balanza. Moisés realizó un balance de su vida y optó por mantener el dolor y ser maltratado con su pueblo, a disfrutar de los efímeros placeres del pecado; hay que tomar en cuenta que efímero es fugaz… momentáneo… breve, así son los placeres de la vida, como las hojas que se lleva el viento. Por tanto, Moisés dio un segundo paso y se hizo responsable, él asumió su responsabilidad; tengo que explicarle y aconsejarle que no seremos bendecidos a menos que no asumamos nuestra responsabilidad, es decir que, si sustituimos el dolor, jamás nos haremos responsables, en cambio si asumimos el dolor con amor, tarde que temprano, nos haremos responsables.

Cuando Moisés fue niño, no decidió por él mismo, los que decidieron por fe, fueron sus padres, ellos al verlo un niño hermoso, tomaron la decisión de colocarlo en una canasta de juncos cubierta de brea y ponerlo en el rio Nilo, por donde se bañaba la princesa y lo hicieron por fe, porque no tuvieron miedo al faraón y usted sabe bien lo que el faraón representaba en esos tiempos en Egipto, en pocas palabras, el faraón era dueño de la vida y de la muerte, pero cuando fue adulto, Moisés asumió su responsabilidad.

Hay quienes siempre echamos la culpa de todo a los demás y decimos: “es que… mi esposa”, “es que… mi esposo”, “es que… mi papá”, “es que… mi mamá”, mis hijos… mi hermana… mi primo… mi abuelita; siempre echamos culpas de todo a todos, pero el día que aceptemos nuestra responsabilidad, esa día todo cambiará.

¿Sabe porque a veces no encontramos la solución a nuestros problemas?, porque no aceptamos nuestra responsabilidad; debemos tomar nuestra propia decisión, aunque nos pese… tenemos que hacerlo en el nombre de Dios.

Pero… ¿Por qué consideró Moisés como más valioso el oprobio de Cristo que la riqueza de Egipto? En Hebreos 11:26 dice: “Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.”

Aquí el escritor de la famosa carta a los Hebreos que es el Apóstol Pablo, quiere dejar en claro que Moisés prefirió la recompensa que Jesús tenía para él, a las abundantes riquezas faraónicas. Hay que tomar en cuenta que en el Éxodo, Moisés todavía no sabía sobre el mesías… sobre Jesús, sin embargo, Moisés dio un tercer paso, y estableció prioridades, es decir, tenemos que darle valor a lo que realmente vale y dejar de hacer las cosas que no valen la pena; Moisés pensó hacer de su vida algo más grande, más glorioso, debemos tomar la decisión que sea más importante para nosotros.

Es decir, debemos dejar las cosas que no nos sirven a un lado y anotar las cosas más valiosas e importantes para nosotros y trabajar fervientemente en ellas.

¿Por qué cree usted que Moisés no tuvo miedo de morir bajo la ira del rey  Egipcio cuando sabía que era el dueño de todo a su alrededor? En Hebreos 11:27 se nos explica: “Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible.”

Moisés salió de Egipto, no tuvo ningún miedo a la ira del rey, sabía que era posible que el faraón lo hubiera matado, pero Moisés tenía otro jefe, es decir, tenemos que decidir quién es nuestro jefe, quien es nuestra autoridad, decidir a quién serviremos; Moisés decidió quien sería su jefe y su jefe es Dios, esta es la razón por la que no tuvo miedo.

Dicha decisión, la tomó a los 40 años que salió del palacio del faraón; 40 años más, Moisés vivió en el desierto… en el Éxodo, luego entonces, la cuarta decisión que Moisés tomó, es que decidió quien sería su jefe, en ese sentido nosotros debemos tomar la seria y sabia decisión de escoger, quien será nuestro jefe; no podemos mantenernos ni tibios, ni neutrales o al estilo de la canción de Julio Iglesias: “A veces sí… a veces no”.

Dios nos revela claves para iniciar bien este 2017, pero tenemos que hacerlo como Moisés lo hizo… con mucha fe… como si estuviéramos viendo al invisible, o sea… a Dios mismo.

dere.cancela@gmail.com