25 de Abril de 2024
Entorno Político | OPINIÓN
Domingo 24 de Septiembre de 2017 | 11:05 a.m.
José Lima Cobos
José Lima Cobos
Ante la tragedia que ayuden los ricos; los pobres su miseria

La tragedia tiene nombre y apellido, así como la miseria que ahoga al pueblo, y no es más que un sistema político ahogado en la corrupción que indigna y que susurramos  en cualquier momento pero que se mantiene intocable, incólume, pues la tan anunciada “renovación  moral de la sociedad” de la Madrid Hurtado,  presidente en el terremoto de 1985, tiene como premio que Peña Nieto haya ubicado al hijo de aquél, en la Secretaría de Turismo, pese a que durante el gobierno de su padre, a sotto voce, se cuchicheaba que en lo oscurito negociaba petróleo mexicano en mercado negro de Rotterdam.

En este caso, como en muchos otros que tanto se dice,  nunca se integró una carpeta de investigación  que condujera a que este pueblo, –aún sumiso, negligente, silencioso y sufrido–  comprobara que existe justicia en la  tierra sino que tiene que esperar a que llegue la sanción  divina que tanto imploramos que aparezca, pero que, desafortunadamente, no nos llega en tanto el que no es corrupto es complaciente y con una limosa o dádiva se apacigua.

 El dolor nos invade y sólo se aceptan condolencias. Entretanto, el gobierno de  Peña Nieto, inmerso en la corrupción con su casa blanca y los grandes contratos de construcción de autopistas que pagamos por circular en ellas, se desgañita anunciando grandes logros con los rescates de las víctimas de la corrupción, sin que se decida –ni lo hará porque no tiene el arrojo ni la capacidad ni autoridad moral, por estar integrado en un régimen que es producto de un fraude electoral– para decretar, entre otras cosas, que ante la emergencia nacional que los sueldos de todos los funcionarios públicos, presidentes, gobernadores, senadores, diputados, ministros y magistrados del Poder Judicial, partidos políticos, se reduzca a lo mínimo en todo el país –no creo que se mueran de hambre porque están hinchados– y además, que los 30 supermillonarios mexicanos de la lista de Forbes,  destinen el 50 por ciento de sus ganancias lícitas o ilícitas, a afrontar el reto con dignidad y decoro, no queremos más, pero tampoco menos.

Las condiciones que vive el país son de emergencia y ante el riesgo de que las cosas se compliquen, se tiene que ir a fondo antes que sea tarde, de otra suerte, estaremos sólo viendo mediáticamente lo que los medios electrónicos nos venden para despertar una supuesta solidaridad que es del pueblo todo y que sólo contribuye con lo que tiene, que es su miseria que es lo que le ha propiciado su país para paliar su mendicidad ostensible.

De ahí que cualquier alharaca que se presuma o presuman es mero espejismo que conduce a la desesperación de la miseria que sólo llena la espiritualidad nacional, que no se demuestra en resultados objetivos, pues siendo la situación crítica en que se desenvuelve el país, la solución tardará por lo menos cinco para encontrar, en la profundidad de la desesperación, una mediana luz de esperanza que es lo único que nos quedará de recuerdo si es que antes nos la roban.

 No debemos y ni podemos aceptar más, seguir viviendo del cuento o de actitudes engañosas de quienes gobiernan,  sino que  la tolerancia debe tener un límite y el presidente Peña, a esos días de que deje al país en este desastre, asuma una actitud patriótica en la oportunidad  histórica que le brinda esta situación crítica de la naturaleza, de manera que se borre un poco la ignominia  en que deja a la nación mexicana.

 

limacobos@hotmail.com

Twitter:@limacobos1 

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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