Dos sacudidas se percibieron en Xalapa el pasado sábado: la primera fue un movimiento telúrico de 5.6 grados que se registró a las 12:58 horas con epicentro en Cintalapa, Chiapas. El segundo temblor se presentó 12 horas después, alrededor de las 12:50 de la noche, momento en que Gina Domínguez Colío arribaba al Cereso de Pacho Viejo, sismo político que retumbó con mayor intensidad las paredes que resguardan a los sujetos en libertad, que integran la extensa lista de cómplices de Javier Duarte de Ochoa.   

Los comentarios en estos días giran en torno a que si Javier Duarte está inconforme por tener que dormir en una plancha de concreto en el penal Matamoros en Guatemala; sin ventilador, extrañando su PlayStation 4 con el que se divertía largas horas jugando a ser invencible, pensando que las consecuencias de sus excesos serían también virtuales; o que si a Gina Domínguez no le dieron ni chance de darse un brochazo en el rostro al momento de ser detenida y la hicieron aparecer en las imágenes al natural, sin Photoshop, tal cual es, quien llegó a ilusionarse que su papel de vicegobernadora sería perpetuo.

Cinco semanas después de que Duarte de Ochoa cayó tras las rejas, el pasado sábado le correspondió a su ex vocera, una más de la banda de maleantes que destrozaron Veracruz, pasa a formar parte de los recluidos en Pacho Viejo, quienes permanecen a la expectativa de ver en qué momento ingresen a hacerles compañía, si los próximos serán los corruptos criminales del sector Salud, que en la iniquidad algunos andan en plena campaña en busca de una alcaldía; o los de Educación o de cualquier otra área estatal.

Ahora falta ver qué sucederá con sus cuantiosas inversiones y sus cómplices.

A escasos 13 días de que se lleven a cabo las elecciones para alcaldías, las campañas están en la cima, aunque hay algunas en pleno cisma; en el proceso electoral se empieza a ver con claridad tendencias favorables hacia algunos candidatos, otros en menor grado. Los hay quienes no levantan, ni levantarán en los pocos días que restan.  

En Veracruz puerto se da por hecho la victoria del ex senador Fernando Yunes Márquez, candidato de la alianza PAN-PRD. La ventaja que Yunes Márquez les saca a sus contendientes es bastante amplia, no es por una cabeza, es por un cuerpo.

Aún que las preferencias electorales le favorecen, Fernando se conduce con cautela, hace compromisos en primer lugar sobre la problemática y necesidades prioritarias que afectan a la población jarocha, pero también, su sensibilidad lo ha conducido a asumir la responsabilidad de proteger a los animales de la ciudad, como sucedió este domingo en que habló de las propuestas que tiene pensadas para las mascotas, con la creación de Centros de Atención y Rehabilitación Animal, CARA, en los que  se prestará el servicio de hospedaje y cuidado temporal de los animales de compañía, conjuntamente con campañas permanentes de vacunación y desparasitación a las mascotas inscritas en un padrón para este caso, servicios que se otorgarían con una cuota mínima de recuperación.

En Xalapa continúa avanzando Alejandro Montano Guzmán, candidato de la alianza Verde-PRI. Su prudencia, madurez y lado humano, así como su vasta experiencia en materia de seguridad –imprescindible en estos tiempos- le han generado cada día un mayor número de adeptos entre los xalapeños.

Montano no pierde de vista que en esta ocasión le tocó remar contracorriente, por el desastroso pasado reciente que ocasionaron sus correligionarios; con ese pesado lastre, Montano no se amilana y va con todo para lograr obtener la alcaldía de la capital del estado.

Este domingo estuvo en Xalapa Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI, su visita fue exprofeso para darle todo el apoyo a Alejandro Montano. Ochoa hizo un llamado a unir fuerzas en torno a Montano, a sumar talentos.

El dirigente nacional del partido tricolor en un lapsus de sensatez afirmó: “No podemos tapar el sol con un dedo; tenemos que establecer un compromiso con toda la sociedad en contra de la corrupción y la impunidad".            

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