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Acabo de apagar el televisor, mientras sintonizaba la ceremonia del Oscar 2017 se cruzaban en mí múltiples emociones, sin duda La La Land era de mis preferidas, no sólo por la increíble musicalización, ni el baile de tap de una de mis parejas favoritas en la historia hollywoodense, tampoco me dejé impresionar por el diseño de vestuario que resaltaba a la perfección en medio de una fotografía fantástica. Lo que realmente me hizo enamorarme de esa película fue la historia, y aunque el final me robó una que otra lágrima y confieso que mientras lo veía sentía impotencia, creo que fue lo que me hizo considerar el filme de Demien Chazelle como algo perfecto.

Los sueños se construyen sobre trabajo, esfuerzo y mucho sacrificio, son pocos los que alcanzan la gloria por un golpe de suerte y justo por ello me emocioné al escuchar que La La Land ganaba como mejor película, al final parecía que veíamos el show de Miss Universo y el triunfo en realidad era para Moonlight, sin embargo prevalece en mí la admiración hacia Damien Chazelle, por ser el director más joven nominado y recordarnos  que para cada meta hay que trabajar más duro de lo que otros podrán imaginar.

El filme protagonizado por Emma Stone y Ryan Gosling pasó por muchas pruebas antes de llegar a ser el éxito que todos conocemos, comenzó con una idea del director que fue rechazada por grandes productoras, sin embargo se mantuvo fiel a su meta, hasta que sus dos protagonistas ideales rechazaron el papel. Después apostó todo por los protagonistas que vimos en pantalla y por ellos tuvo que hacer ajustes al guion que lo hicieron acreedor de la estatuilla de mejor dirección.

Al ganar el globo de oro, la protagonista, Emma Stone señalaba en su discurso que esta película es para soñadores. Lo creo firmemente, no sólo por su historia, sino por el trabajo detrás de cada uno de los involucrados. El guion del filme tuvo que esperar en un cajón hasta que alguien aceptase producirlo, al final sufrió nuevamente cambios, la musicalización, sumamente original tampoco fue fácil, las canciones protagonistas se eligieron de entre miles de pruebas y se adaptaron a la narración de la historia.

Por ello de una de las ganadoras de esta temporada de premios rescatamos las siguientes lecciones: 1) Sueña con todo lo que quieras pero trabaja por ello y cuando te cierren las puertas no te des por vencido, aprende a ver el momento adecuado para cada oportunidad. 2) Aprende a ver cuándo es pertinente transformar tus ideas, a veces los proyectos pueden ser mucho mejores con algunos cambios, quizás crees que te desvías de la meta pero al final compruebas que en realidad te estás acercando al éxito. 3) Sé fiel a tu esencia, aun cuando haya quien te diga que está fuera de lugar, pasada de moda u obsoleta, todo aquello que se hace con pasión llama la atención de la gente aunque no siempre con la inmediatez que muchos desearíamos. 4) Las metas se consiguen a base de prueba y error, a veces hay golpes de suerte, pero en la mayoría de ocasiones todo lleva un proceso de generar ideas, desecharlas y crear otras que sean cada vez mejores. Y finalmente 5) Nunca se es demasiado joven para construir tus sueños, ni demasiado grande para alcanzarlos y aunque a veces pueden arrebatarte el premio de las manos, reconocer a los que igual que tú trabajan por llegar a la meta, celebren juntos el esfuerzo constante, sólo los que son capaces de admirar la grandeza de otros, pueden aprender de los demás y así seguir creciendo.