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Perote, Ver./ A nivel nacional a las acciones y obras de Conservación y Restauración de suelos forestales y de restauración forestal en general, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) ha destinado recursos por mil 921 millones de pesos a favor de 23 mil 187 beneficiarios, logrando reforestar a la fecha 739 mil 914 hectáreas

 

La meta de restauración forestal para el periodo 2013-2018, es de un millón de hectáreas, meta que se tiene un avance a la fecha del 74 por ciento.

 

En Veracruz del 2013 al 2016 se han invertido 561.7 millones de pesos en proyectos de Cuencas, Restauración y Compensación Ambiental con lo que se ha logrado la retención de 214 mil 678 toneladas de suelo y mil 147 millones de litros de agua en 53 mil 670 hectáreas de la entidad veracruzana.

 

Las acciones realizadas a través de estos esquemas, contribuyen a mantener y mejorar la calidad del suelo y mitigar las causas del cambio climático, a través de una acción focalizada en microcuencas; además de una reforestación más efectiva en términos de supervivencia de árboles plantados, mediante la restauración de los terrenos degradados con la implementación de obras  de conservación y restauración de suelos, las cuales propician el buen manejo de los ecosistemas forestales, sin detrimento de los beneficios ecológicos, derivando indiscutiblemente en un aumento de la productividad económica para sus dueños y poseedores.

 

Lo anterior lo dio a conocer el Gerente Estatal de la CONAFOR, Martín Gelacio Castillo Calipa durante el evento demostrativo de restauración de suelos realizado con productores y estudiantes en el Ejido Guadalupe Victoria del municipio de Perote.

 

El funcionario federal explicó que de acuerdo a la Línea Base Nacional de Degradación de Tierras y Desertificación de los más de 7 millones 146 mil 131 hectáreas que comprende el territorio estatal el 43.3 por ciento de los suelos presentan degradación ligera, el 31.61 por ciento es moderada; el 4.42 por ciento es severa; 0.73 por ciento es extrema, mientras que el 20.01 por ciento no presenta ningún tipo de degradación.

 

Ante este escenario, expuso que las causas que dan origen a la degradación de la tierra son principalmente las ocasionadas por el hombre a través de actividades productivas no sustentables, por el desarrollo urbano mal planificado, el incremento de la población, el uso de agroquímicos, la deforestación, así como el impacto del cambio climático que genera fenómenos climatológicos intensos y prolongados.

 

Por estas razones es importante hacer un llamado a la sociedad y a todos los niveles de gobierno a comprometerse a enfrentar el deterioro de los suelos, donde viven las personas más pobres y vulnerables de la sociedad.

 

Históricamente el suelo ha sido un recurso natural poco estudiado y comprendido por la sociedad, no se valoran sus beneficios como si se ha valorado el agua y la vegetación, esto a pesar de la importancia mundial en la sostenibilidad de la población humana. El suelo es un recurso natural finito y no es renovable en una escala temporal humana. 

 

En él suelo se llevan a cabo parte de prácticamente todos los ciclos de los nutrimentos; es el más grande reservorio de carbono orgánico; existe en él una cuarta parte del germoplasma que contiene la biodiversidad mundial de plantas y animales, y soporta la producción de alimentos y servicios para toda la flora y fauna del planeta.

 

Castillo Calipa aseveró que los suelos constituyen la base del desarrollo forestal, agrícola y pecuario, de las funciones esenciales de los ecosistemas y de la seguridad alimentaria y son por tanto un elemento clave para el mantenimiento de la vida sobre la Tierra.

 

Es por ello que el Gobierno de la República a través de la CONAFOR se suma a la conmemoración del Día Mundial del Suelo instituido para hacer un llamado a la sociedad a hacer acciones y conciencia de que la sostenibilidad de los suelos es fundamental para afrontar las presiones de una población cada vez mayor y que el reconocimiento, la promoción y el apoyo para fomentar la gestión sostenible de los suelos, contribuye a la existencia de suelos sanos y, por extensión, que el mundo cuente con seguridad alimentaria y de ecosistemas estables y saludables.