• Contraelviento Teatro trajo “Al final de la noche”, del dramaturgo Patricio Vallejo Aristizábal.
• Al final de la noche, justo antes del amanecer, cuando la noche es muy oscura, Eva perdió el sentido de la vida y fue expulsada, dice la actriz Verónica Falconi.

Xalapa, Ver./ Con un espectáculo contemporáneo, de teatro poético, de teatro-arte, experimental, pero que al mismo tiempo tiene sus raíces ancladas en tradiciones latinoamericanas, barrocas y andinas, la compañía Contraelviento Teatro, de Quito, Ecuador, presentó “Al final de la noche” en el marco del Séptimo Festival Emilio Carballido.

La obra dice el escritor y Director, Patricio Vallejo Aristizábal, carga con la propuesta de Contraelviento, “es un teatro que trata de renovar la idea tradicional de teatro. No es un teatro de diálogo, de situaciones. Es un teatro de imágenes, de acción, es muy visual, muy poético”.

Luego de presentarse en Córdoba y Coscomatepec, con una “increíble respuesta del público”, dice Vallejo, autor de la obra, en Xalapa el éxito fue también rotundo, con un público que se cautivó por el simbolismo, el manejo del sonido, la iluminación y la actuación de Verónica Falconi y María Belén Bonilla.

“Es una obra en donde cada espectador encuentra sus propias lecturas. Es una pieza teatral que no les va a dar tranquilidad, en donde no van a poder cerrar los ojos. Es una obra que visualmente, que sonoramente, se va transformando todo el tiempo. El trabajo de las actrices cambia todo el tiempo. Si pestañeas, te perdiste algo; además, es un teatro que tiene una relación personal con los espectadores”.

Verónica Falconi, quien interpreta a dos personajes en uno, Eva y la vieja vida, dice que “la vieja vida emerge de Eva. Es como su voz interior, como su propia vida gritándole al oído. Es ella misma que se llama la atención. Es un viaje al origen, a una Eva expulsada del Paraíso”.

Al final de la noche, justo antes del amanecer, cuando la noche es muy oscura, Eva perdió el sentido de la vida y fue expulsada, dice la actriz. Añade que “la obra apunta a una multiplicidad de sentidos, a volver a encontrarse con uno y dar un paso. La obra es circular porque es como una noche de muchas noches”.

A su vez, María Belén Bonilla, quien representa a un ángel y a un rostro de Eva, y al mismo tiempo crea el campo sonoro, dice que Patricio Vallejo, al ser dueño de una estética barroca, tiene fascinación por los ángeles, “y pone un ángel en la obra, que junto con la música, la actuación, las luces, los textos, crea una atmósfera increíble para la obra”.