18 de Abril de 2024
Entorno Político | OPINIÓN
Lunes 16 de Enero de 2017 | 9:28 a.m.
Rafael Arias Hernández
Rafael Arias Hernández
Mutatis mutandis
PERSISTE TRANSPARENCIA FARAÓNICA

Faltan 683 días, para rescatar a Veracruz y cumplir con lo prometido.

Quedan también 74 días, para saber de los alcances del “cheque en blanco”, otorgado para  precisar y presentar el obligado presupuesto anual, por ahora cuestionado y pospuesto.

Mientras, gozan del ejercicio del gobierno estatal, los partidos políticos antes   opuestos, pero ahora aliados y corresponsables,  PAN y PRD, con sus cómplices o domesticados agregados; frente a frente con MORENA, como indiscutible oposición creciente.

Unos en el rápido deterioro del no poder, de sus errores y sus circunstancias; y el otro, cada vez más identificado con la inconformidad y el hartazgo social.

Del PRI ni hablar, da pena, literalmente rumbo al despeñadero.

Los de los comprometedores discursos y repetidas promesas, ahora prueban y comprueban que no es, ni será fácil asumir las responsabilidades adquiridas y cumplir.

Continúan nombramientos, operaciones e  instalación del nuevo y breve gobierno; siguen  ajustes y  transformaciones, con algunos anuncios esperanzadores de acciones e inversiones oficiales por hacer y consolidar, como las de recuperar y fortalecer capacidad de servicio del sector salud y de  seguridad pública. Mucho que lograr y más por esperar del cambio que no cambia. 

Por lo pronto. En Veracruz desempleo, pobreza, hambre e inseguridad persisten y hasta se incrementan,  influenciados por contextos nacional y mundial cada vez más difíciles, complicados y adversos.

Desde siempre. Importante identificar y reconocer esfuerzos, así como los contados logros y avances. Urgente  erradicar perversidades y atrocidades, que abundan; y apremiante apoyar intentos serios y consistentes, si los hay.  Siempre tener presente, que se insistió e insiste: no más de lo mismo o peor.

En fin, hay que dar unos días más, a la oportunidad oficial y empezar a evaluar hechos y  resultados, basados en cumplir y hacer cumplir las leyes; los comprobables logros y avances prometidos;  y la alternancia del cambio real, no simulado.

Y ni modo, hay que seguir preguntando: ¿En dónde están los miles de millones de pesos desaparecidos? ¿Siguen y seguirán impunes los mega saqueadores? ¿Quiénes ahora son cómplices?

OPACIDAD,  RAPACIDAD  E  INEFICIENCIA.

Si bien para la cultura democrática, es necesario dar tiempo a la oportunidad de la alternancia, para que muestre lo que tiene, inicie lo que sabe, e intente lo que puede y debe

Es claro y evidente,  que desde el principio,  hay que insistir en lo trascendente y fundamental, como asegurar transparencia y rendición de cuentas, fiscalización y evaluación social. No hay tiempo, Veracruz padece demasiados daños y no puede esperar o arriesgar  a que se repitan y profundicen.

En lo poco o mucho que se haga, hay que informarse e involucrarse, aprovechar  pertinencia y oportunidad para ejercer derechos y libertades, para  participar responsable y permanentemente, en todo asunto público.

Transparentar, no aparentar. Acceso a la información real.

¿Estamos y vamos bien? ¿Para quién, cómo y con qué resultados trabajan y concluyen, los que gobiernan,  tanto electos, como impuestos o nombrados?

Evidente y creciente  distanciamiento entre  decir y hacer gubernamental. Historia nacional y estatal, de interminable   simulación y manipulación, de repetir y redundar, con lo mismo y peor, reflejado en catastróficos resultados oficiales, en limitaciones y sacrificios para demasiados.

Ritual hecho costumbre, que se reproduce básicamente en tres aspectos: primero, en cuanto a qué y para quién; segundo, en la forma o cómo hacerlo; y tercero, en resultados de pérdida o beneficio, para sacrificados o favorecidos.

Así seguimos. Disciplinados a escuchar el discurso gubernamental, que asegura e insiste que lo que se hace,  es y está dirigido a atender prioritariamente rezagos, necesidades básicas y mejorar  bienestar de la población;  y al mismo tiempo, para resolver problemas y conflictos sociales, viejos y nuevos.

Adiestrados  para  experimentar y soportar, conocidas y repetidas formas, medios y procedimientos oficiales, que caracterizan el cómo y la manera en que operan y funcionan los diversos ámbitos de gobierno.

Y acostumbrados a obtener y padecer más o mayores pérdidas, fracasos y retrocesos en similares o iguales resultados, que una y otra vez muestran que se va de mal en peor.

Historia repetida hasta el cansancio. Persistir en el error, resulta inexplicable o raro,  hasta que se sabe  quiénes son o resultan  ser los beneficiados.

De ahí que es urgente cambiar, transformar ritual y forma. Insistir en desplazar obsoletas, infructuosas y hasta contraproducentes costumbres, procedimientos y respuestas gubernamentales.

Señalar y denunciar que, además de perjudiciales y costosas, son formas de contribuir a aumentar  problemas y agravarlos. Porque también implican apoyar o fomentar ineptitud y corrupción,  ineficiencia y delincuencia gubernamental, que  fortalecen o benefician a intocables y reciclables,  bajo la seguridad de la continuidad de  complicidad  e impunidad.

Repetir e insistir, que urge transparencia y acceso a la información, fiscalización y evaluación social. De lo contrario, resignarse a padecer y pagar las consecuencias.

En Veracruz, injustamente sigue pendiente la actualización y armonización al Sistema Nacional Anticorrupción, de acuerdo a la reforma constitucional de 2014.

“Toda la información en posesión de cualquier autoridad, entidad, órgano y organismo de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos, así como de cualquier persona física, moral o sindicato que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad en el ámbito federal, estatal y municipal, es pública…”

“En la interpretación de este derecho deberá prevalecer el principio de máxima publicidad. Los sujetos obligados deberán documentar todo  acto  que  derive  del  ejercicio  de  sus  facultades,  competencias  o  funciones…”

Imposible ignorar o minimizar, que con variantes,  seguimos prisioneros de la tradicional, conocida y padecida transparencia faraónica.

Forma comunicativa oficial dominante, que preferentemente exalta acto y discurso, foto o video, boletín y mensaje, con frecuencia apoyados en pago por entrevista o difusión de contenido.

Costosa publicidad y propaganda, de exaltación y culto a la personalidad, con cargo al presupuesto. Forma obsoleta y convenenciera, basada en secretismo y discrecionalidad, simulación y engaño, manipulación y enajenación; y hasta sensacionalismo o terrorismo comunicativo ramplón o complejo, que impide el derecho básico a información, para la toma apropiada y oportuna de decisiones, fundamental para evitar o repetir errores. Continuaremos…


*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

OPINIÓN

PRINCIPALES

MUNICIPIOS

® 2013 ENTORNO POLÍTICO

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de privacidad.