29 de Marzo de 2024
Entorno Político | OPINIÓN
Domingo 15 de Enero de 2017 | 7:11 p.m.
Gustavo Santín
Gustavo Santín
Maestros
¿Buenos deseos?

A pesar de las explicaciones sin sentido de los "buenos deseos" y de los llamados a jalar parejo, los precios de los productos de la canasta básica crecen al ritmo que genera una inflación provocada por el gasolinazo. Sucede lo mismo con mercancías de primera necesidad que se adquieren de manera rutinaria así como con los bienes, servicios, productos y aprovechamientos que cobran la federación, las administraciones locales, las municipales y las empresas descentralizadas. Medios de comunicación como La Jornada, el Excélsior, Milenio y agencias informativas independientes, comprueban tanto el alza en el precio del transporte público -local y foráneo-, como el que tienen productos indispensables para la dieta de mexicanos y mexicanas, por ejemplo la tortilla, el huevo, la carne, el frijol, el chile y el pan, por citar sólo algunos. La inflación está desatada, reportes señalan que el precio de la tortilla se ha incrementado entre 1 y 5 pesos dependiendo de la localidad; el transporte local ha aumentado hasta en tres pesos por viaje y el costo de los taxis reporta precios al alza hasta en un 20 por ciento.

De nada sirven lamentaciones (se acaba la gallina de los huevos de oro: Peña, La Jornada), explicaciones forzadas, señalamientos presidenciales acerca de los nuevos tiempos, modelos y patrones de consumo, ni las "alertas" en contra de los encarecedores que emita la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO). La misma suerte siguen las convocatorias para "superar las diferencias y ser tolerantes en este tiempo de problemas" ni las voces doctrinarias que alertan que "cada vez que los mexicanos se dividen todos perdemos", emitidas por el encargado del despacho de salud de la administración federal. La economía sigue su curso. Los productores y prestadores de servicios no asumen los nuevos costos de las materias primas y de los insumos necesarios para producir bienes de consumo, como tampoco lo hacen quienes tienen la administración pública a su cargo. A pesar de las amenazas, de lo pactos de saliva y de las previsiones "oficiales" para defender la economía familiar, los costos finales incrementados se trasladan directamente a los consumidores finales y empobrecen a quienes tienen menor capacidad económica.

Finalmente, salió el peine. Los llamados decembrinos a la unidad en torno a la fuerzas armadas, el titular del ejecutivo y al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tenían, desde la óptica de los convocantes, una razón de ser: la de protegerlos en contra del enojo popular. Sin embargo, las crecientes muestras del descontento en contra de una medida abusiva se presentan en ciudades de diferente dimensión, sin importar el número de habitantes, entidades y/o regiones del norte, del sur y del centro de la república, aglutinando en contra de la postura gubernamental a mexicanos y mexicanas de diferente credo, origen étnico, posición económica, política y social. Las manifestaciones y los bloqueos carreteros con cargo a ciudadanos independientes o a organizaciones sociales, no han requerido de la "dirección" de partidos políticos e incluso en múltiples eventos los han marginado de manera deliberada aunque, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se manifestara públicamente "de manera pacífica, para exigir el alto a la gasolina y los energéticos, desde el Monumento a la Revolución". El creciente clamor popular que exige la renuncia de Peña Nieto viene acompañado por manifestaciones de repudio al Revolucionario Institucional y lo mismo se pronuncia en contra de los firmantes del Pacto por México, de las reformas estructurales y de las políticas que entregan la riqueza nacional al capital internacional bajo las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Empero, la economía de madres y padres de familia con hijos e hijas en edad escolar se deteriorará al mismo ritmo que lo hará la del resto de la población. Con el San Benito de que serán los tutores los que deban sufragar la renta de su vivienda, el costo del transporte popular, uniformes, útiles escolares, aportaciones voluntarias para el sostén de las escuelas y alimentación de sus vástagos, multiplicado por el número de hijos e hijas que dependan de ellos. Encarar el incremento del costo de la canasta básica con un salario fijo, que si bien les va les será incrementado una vez al año (aumento de tan sólo con unos raquíticos pesos), en tanto que los precios de los productos se incrementarán constantemente, dependiendo de las fluctuaciones de precios que fije el mercado internacional, pauperizará aún más a madres y padres de familia.

Las consecuencias negativas en materia de política educativa se manifestarán más pronto que temprano. A los recortes presupuestales que afectan al presupuesto de los programas culturales, educativos y al gasto corriente del sector educativo se sumarán la depreciación del peso frente al dólar cercana al 50% que afectará programas como el de @prende.2.0 que requiere de equipos de cómputo con una mayoría de partes importadas y a la dotación programada de equipo de cómputo para tareas escolares y administrativas. El incremento en el precio de insumos y materiales de construcción, afectarán el cumplimiento de los programas de gestión escolar y escuelas al CIEN, los aumentos en los pagos de luz, internet, agua y predial, que se cubren mediante las "aportaciones voluntarias" - que se "fijan" a los padres y a las madres de familia al inicio del ciclo escolar, generarán enfrentamientos entre los afectados y las administraciones de los centros escolares.

Total que lejos de cumplirse las metas y las aspiraciones que se impusiera Nuño, el panorama para el sector educativo se presenta desolador. Maestras y maestros de diferentes partes de la nación se manifiestan ya en contra del alza en los precios de la gasolina, cuestión que les afecta directamente. Los padres y las madres de familia dispondrán de menos recursos para cumplir con obligaciones que son propias del gobierno y por si fuera poco, la UNESCO estima demoras mundiales en el cumplimiento de las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 impulsados por la ONU en 2015, acuerdo firmado por México. A Nuño le llueve sobre mojado.

*** Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Entorno Político.

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